Los medios de comunicación masiva son un poder y un contrapoder, una luz que impide arbitrariedades o logra que éstas sean menores, disminuyan, se oculten o se moderen, "los medios hacen costoso el abuso de los poderes", señaló el politólogo Jesús Silva Herzog Márquez.

Durante la presentación del libro "Democracia, poder y medios de comunicación", de Saúl López Noriega, coeditado por Fontamara y Konrad Adenauer Stiftung, en el Instituto Tecnológico Autónomo de México, señaló que en los medios existe un espacio de razonabilidad a la que aspiramos.

"Son un espacio en los que de alguna manera tenemos herramientas para descifrar qué diablos pasa afuera, qué diablos pasa en el país, qué es lo que hacen los que toman las decisiones imperativas en el gobierno, el Congreso y la Presidencia y nos permiten discutir y encontrar las diferencias", subrayó.

Mencionó que los medios también son correas de gobernabilidad, no sólo mecanismos para contrastar el poder, sino también "mecanismos del poder para tomar decisiones", y destacó que la única manera de que sean compatibles con un régimen democrático es que sean plurales.

En el acto, Miguel Carbonell, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, se pronunció por privilegiar la máxima autonomía de los medios de comunicación y su mínimo control.

Al referirse a la responsabilidad individual dijo que cada quien tiene que buscar las mejores fuentes de información.

Del mismo instituto, Lorenzo Córdova expuso que no basta contar con una opinión pública informada sino que es preciso que esté bien informada y resaltó que no hay ninguna libertad ni siquiera la de expresión que no esté limitada.

El autor, doctor en derecho constitucional y filosofía política por la Universidad Autónoma de Madrid y académico del ITAM, se refirió a la complejidad que representa la acumulación de poder mediático para la democracia.

El asunto, describió, se centra entre la libertad de los medios para realizar su tarea democrática y el poder que adquieren a partir de esa libertad. Controlar tal poder, sin menoscabar autoritariamente su libertad, es el objetivo.

La gran virtud de la democracia no es que ofrezca solución a todos los problemas propios de una sociedad, sino que facilita las herramientas necesarias para imaginar, proponer y discutir arreglos institucionales para enfrentar las circunstancias cambiantes. Duración: 0, reoc/m.