Daniel Sangeado, reportero: De acusado pasó a acusador. Es Carlos Ahumada, el amor prohibido de Rosario Robles, que hizo jugosos negocios con el gobierno perredista de la Ciudad de México allá por 2004.

En su libro Derecho de réplica, el principal operador de uno de los casos de soborno y corrupción política más vergonzantes en la historia de México señala con dedo flamígero a todos los que participaron en lo que luego los perredistas llamaron "el complot".

Insert de Andrés Manuel López Obrador: "Tengo información que el complot lo tramaron funcionarios del Gobierno Federal".

Con un desparpajo que raya en el cinismo, Ahumada no respeta ni la memoria de un amor que paseó por todo el mundo y que incluso colocó al nivel de quien fuera su legítima esposa.

En Derecho de réplica Ahumada asegura que Rosario Robles estuvo presente en las reuniones en que Carlos Salinas de Gortari y Diego Fernández de Cevallos urdieron la trama del escándalo.
Insert de Gerardo Priego, diputado PAN: "Me parece que es parte de esa corrupción tan endémica que ha habido en México y que refleja una parte de hacer política".

Pero regresemos el calendario al 3 de marzo de 2004.

Ese día René Bejarano, principal operador político de Andrés Manuel López Obrador, fue exhibido recibiendo miles de dólares en efectivo en las oficinas de Ahumada.

Según contó después el mismo empresario, ese dinero sirvió para financiar las campañas políticas de los candidatos del PRD, a los que Ahumada tuvo acceso gracias a su relación personal y de negocios con Rosario Robles.

Insert de Jorge Carlos Díaz Cuervo, diputado PSD: "Creo que ya todos tenemos suficientes elementos para tener claro qué es lo que pasó, esa es la enseñanza de esta lamentable historia de Carlos Ahumada y sus apoyos económicos al actuar político".
A cambio de inyectarle dinero a las campañas perredistas, las empresas constructoras de Ahumada obtuvieron jugosos contratos con el Gobierno local, y es que también por los videos de Ahumada pasaron Carlos Imaz, entonces delegado en Tlalpan; otro exdelegado, Ramón Sosamontes y el exsecretario de Finanzas, Gustavo Ponce, quien luego de aparecer en este video, fue acusado de fraude y finalmente condenado a ocho años de prisión por operación con recursos de procedencia ilícita; hoy sigue tras las rejas.

La presión, decía Ahumada, era demasiada. Según el autor de Derecho de réplica, fue en ese momento cuando buscó a los enemigos declarados de López Obrador, quien ya se perfilaba como un serio candidato a la Presidencia de la República.

Luego de ver a su mano derecha embolsarse miles de dólares, López Obrador lanzó el grito de complot.

Y es Carlos Ahumada casi cinco años después el que suelta los nombres.

Desatado en su prosa menciona a Rafael Macedo de la Concha, entonces procurador general de la República; a Eduardo Medina Mora, quien dirigía el Cisen, y al entonces secretario de Gobernación, Santiago Creel, como piedra angular de lo que ahora se entiende como una operación de Estado, ya que Creel habría servido de contacto para coordinador la distribución de los videos y su posterior manejo político.

Ahumada también acusa a Televisa de ser parte de la trama para la difusión de los videos.

Insert de Edmundo Ramírez, diputado PRI: "Yo creería cuando se vaya al Ministerio Público a levantar el acta correspondiente, a señalar un acto de corrupción y que las autoridades le den seguimiento a esta denuncia, hasta ese momento podría creer que el que lo dice, el que lo escribe tendría la razón".

Después de la difusión de los videos, Carlos Ahumada huyó de México, fue capturado en Cuba y extraditado para responder por los delitos de fraude, operaciones con recursos de procedencia ilícita y promoción de conductas ilícitas; tres años después recuperó su libertad. Duración 4´28´´, ys/m.