Carlos Loret de Mola (CLM), conductor: Maestro Zarate, ¿qué faltan diez días para las elecciones, no?

Alfonso Zarate (AZ), colaborador: Estamos ya prácticamente a un minuto de las elecciones, en términos de historia, y creo que algo que algo que es importante es que en las últimas semanas, en los últimos meses ha surgido una demanda de distintas corrientes de opinión en torno a cuál debe ser el comportamiento del ciudadano frente a las urnas.
Algunos muestran un enorme nivel de hartazgo con los partidos políticos, con la clase política, con quienes gobiernan, y me parece que ese hartazgo es totalmente válido. Han pasado 20 años desde la primera alternancia a nivel de gobernadores, en el año 89 llegó por primera vez el Partido Acción Nacional a la gubernatura...

CLM: ...Baja California...

AZ: ...de Baja California con Ruffo Appel, pero la alternancia a nivel de presidencias municipales es mucho más vieja.

¿Y qué es lo que ha ocurrido, qué ha habido en algunas ciudades, en algunos municipios, Gobiernos del PAN, del PRI, del PRD? La gente va a explorando un partido, otro, otro más y no encuentra diferencias. Es decir, más allá de las distintas ideologías que postulen los partidos, en el ejercicio de gobierno seguimos viendo nepotismo, corrupción, abusos, ineptitud, y todo esto ha generado una corriente de opinión que dice que "no vale la pena sufragar, pero tampoco abstenerse, sino llegar a la urna y en la urna anular el voto".

Yo creo que las razones para anular el voto son evidentes y son compartidas por la mayoría que es el repudio a la inoperancia de esta clase política, sin embargo en mi opinión...

CLM: ...que son distintos niveles, una cosa es no ir a votar...

AZ: ...así es...

CLM: ...otra cosa es ir votar para anular el voto...

AZ: ...exacto...

CLM: ...y...

AZ: ...y otra cosa sufragar...

CLM: ... ir votar y a votar por un partido...

AZ: ...sí, yo creo que en estos tres estadios, el primero puede ser decodificado como simple desinterés pero no tiene una connotación política; en cambio, el hecho de ir a las urnas y estando en las urnas anular el voto busca mandarle un mensaje muy claro a la clase política de repudio, decirle "¡no los queremos!".

Yo creo que, sin embargo, hay -al menos esa es mi opinión- una serie de objeciones al no voto o a la anulación del voto. Yo diría que la primera es que el propósito de no votar y de anular el voto es mandarle un mensaje muy claro a la clase política de rechazo, pero yo creo que esta clase política tiene suficientes evidencias de rechazo que basta con que vean los estudios de opinión para darse cuenta de la bajísima calidad que la sociedad les otorga a los partidos, a los legisladores, etcétera.

Es decir, que si el propósito fuera decirles "no los queremos como son§", ellos ya tiene evidencia para saberlo...

CLM: Ya lo saben...

AZ: En segundo lugar, el hecho de que haya menos votos efectivos lo único que logra es que quienes sí van a votar, los pocos o muchos que vayan a votar, sean los que definan quienes nos gobiernan y quienes integran el Congreso; hay seis gubernaturas en disputa, y otro factor es que en la medida en que anulemos el voto lo que va a ocurrir es que las fuerzas partidistas que tienen más capacidad para movilizar a su voto duro van a tener una ventaja.

Entonces, yo creo que sí es imprescindible buscar distintos mecanismos, organizar a la sociedad de una manera muy firme y muy consistente para que este rechazo se traduzca, por un lado, en reformas imprescindibles que necesitamos desde hace tiempo, como la reelección de los legisladores, de los alcaldes, una serie de reformas del Estado, pero que -en mi opinión- es importante sufragar.

CLM: Muy bien. Maestro Zarate, como siempre, muchísimas gracias. Duración 3´47´´, ys/m.