Manuel López San Martín, colaborador: El pasado fin de semana los panistas eligieron a su nuevo dirigente nacional. César Nava, ex secretario particular del presidente Felipe Calderón es ya el nuevo líder del PAN, un líder que más que dirigir al partido, tendrá que administrarlo si quiere evitar que el ridículo panista del pasado 5 de julio se repita.

Acción Nacional está a un mes de cumplir 70 años y no se encuentra ni de cerca en su mejor momento, en la más reciente jornada electoral el PAN perdió más de 4 millones de votos, además de 83 distritos electorales, 63 curules en la Cámara de la Diputados, 2 estados y una treintena de municipios, entre ellos 5 capitales de estado a través de las cuales gobernaba a más de 10 millones de habitantes; un verdadero desastre electoral.

Por eso, el reto que tiene frente así la nueva dirigencia panista es mayor, tendrá que lidiar con un partido muy disminuido electoralmente, hacerle frente a la nueva mayoría en San Lázaro del PRI y Partido Verde, encontrar un punto medio sobre la relación que el blanquiazul deberá construir con el Gobierno Federal y sobre todo analizar y ubicar las causas del desastre electoral de la pasada elección.
Las dificultades del PAN a diferencia de las del PRD, no son propiamente internas, ni de fondo, aún con los mediocres resultados electorales los panistas saben en esencia que partido quieren, su principal punto discordante radica en qué relación pretenden construir con el poder. Un gobierno panista, el encabezado por Felipe Calderón, que ante el cumulo de frentes abiertos no puede lidiar con un problema mas, el partido del Presidente tiene que volverse parte de la solución y no del problema.

Ante el panorama actual, con la nueva correlación de fuerzas que existirá en el Congreso, donde el PRI de la mano del PVEM será mayoría, con la crisis económica golpeando el bolsillo de los mexicanos y con el recrudecimiento de la guerra contra el narcotráfico, el Presidente requiere del respaldo de los panistas y no de regateo de integrantes de su propio partido, respaldo que de ninguna manera deberá de entenderse como sumisión o simulación; pero tampoco como un partido que haga las veces de oposición.

De otra forma, el PAN se avecinará a un 2010 aún más catastrófico que este 2009, porque el año que entra enfrentará 10 elecciones donde se renovarán gubernaturas y si los panistas no quieren repetir el ridículo del pasado 5 de julio más del vale estar unidos, del éxito o fracaso en esas elecciones dependerá si el PAN aún aspira a mantener la Presidencia en el 2012 o si regresa a ser oposición Duración 2´55´´, ys/m.