Para el periodista y analista político Ricardo Alemán el grupo que se adjudicó el secuestro del ex senador panista Diego Fernández de Cevallos, manejando un discurso rijoso, de odio social y rencor clasista, no es más que una farsa de guerrilla, tras la cual pretenden esconder su verdadera actividad que es la del secuestro o el terrorismo.
En el espacio de Oscar Mario Beteta, el periodista explicó que haciendo un comparativo entre los discursos o comunicados de otros grupos guerrilleros como el EPR, el EZLN o el ERPI, y quienes se hacen llamar la Red por la Transformación Global, "hemos llegado a la conclusión de que no es más que un engaño que pretenden imponer para justificar el hecho".
Dijo que se trata de una especie de ‘guerrilla patito’ que más que un discurso político destaca un odio social, y rencor clasista.
"Nos quieren engañar con la pantalla de que está detrás de ellos una lucha social, pero es un engaño que quizá algunos se lo crean porque en México hay una larga tradición de guerrillas y dadas las contradicciones sociales tan fuertes que existen en el país", explicó.
El columnista del periódico Excélsior se refirió al secuestro de Diego Fernández de Cevallos, particularmente a sus captores y dijo que cuando empezaron a aparecer mensajes y documentos de este grupo, comparó documentos con textos, del EPR, del ERPI, en su momento del EZLN y de otros grupos guerrilleros y llegó a la conclusión de que es una farsa de guerrilla porque no hay una línea consistente, sostenida, de discurso, de conducta ideológica o de doctrina que ampare la supuesta lucha guerrillera con un contenido social.
Además, dijo, si se hace un recuento elemental de los secuestros que se acreditan a este grupo, hay consistencia en cuanto al modus operandi y las regiones donde operan, además de cómo comunican sus exigencias; sin embargo, en aquellos casos tampoco existen antecedentes ideológicos.
Más aún, haciendo un recuento de la cantidad de dinero que han obtenido en diez años, no se puede concluir con un sentido común en dónde está el dinero; si fuera una guerrilla, se habría invertido en sus grupos, células, o en promoción de su movimiento y de sus causas.
Por ello concluyó que se trata de una "guerrilla patito" donde, efectivamente, algunos de sus integrantes pudieron pertenecer tal vez a algún grupo guerrillero, pero ahora siguen viviendo de la parte rentable de este asunto, que es el secuestro.
"En todo caso debería llamárseles, más que guerrilla, secuestradores que viven de este negocio, pero que quieren engañar a la sociedad con una simulación, una pantalla de que son portavoces de una lucha social", dijo. /gh/m
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