·Colaboró en el proyecto arquitectónico de Ciudad Universitaria en 1945

·No se me había reconocido ese logro como hoy, recordó

Palacio Legislativo 7-VIII-08 (Notilegis).-La Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, la Fundación Interamericana Benito Juárez A.C, la Comunidad Científica de Abuelos A.C y la Sociedad Mexicana de Ingenieros A.C, otorgó el Premio Nacional al Trabajo Científico Mexicano al arquitecto Armando Franco Rovira, por su colaboración en el proyecto Ciudad Universitaria, Campus Central del UNAM.

El 28 de junio de 2007, la Ciudad Universitaria, Campus Central de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), fue inscrita por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad; sin embargo, el arquitecto Armando Franco Rovira, coautor del proyecto arquitectónico, no ha tenido reconocimiento por su obra.

El plan maestro de Ciudad Universitaria fue realizado por dos estudiantes de la Facultad de Arquitectura de la UNAM en 1945, año en el que se organizó un concurso para crear un conjunto arquitectónico para la UNAM y tener en un solo espacio todas las facultades que en ese entonces se encontraban dispersas por el Centro de la Ciudad.

El concurso fue hecho por y para profesores de arquitectura. Nueve proyectos fueron presentados ante los jurados, quienes eran también catedráticos de la facultad, y el ganador fue el elaborado por los arquitectos Mario Pani Darqui y Enrique del Moral.

Pese al aval que ya se le había otorgado al proyecto de Pani y del Moral, el profesor José Villagrán García presentó una décima propuesta, la cual fue elaborada por los estudiantes de cuarto y quinto año de la facultad, Armando Franco Rovira y Teodoro González de León, respectivamente.

El proyecto de los jóvenes de entre 22 y 25 años, incluía una zona habitacional para albergar a estudiantes de provincia y extranjeros; en 1945 la demanda era de 15 mil alumnos y en 2007 de 150 mil, así como un complejo deportivo, los cuales no fueron incluidos por “cuestiones políticas”.

La propuesta fue innovadora, fue un diseño que aprovechó un terreno pedregoso de 750 hectáreas; sin embargo, se nombró a Pani y Del Moral como los responsables de la obra, delegando a los dos autores en edificaciones menores dentro del complejo.

“Nuestra misión se realizó y si bien nuestros nombres aparecen con discreción en publicaciones de la Universidad, nunca se ha hecho, por parte de esta entidad, un reconocimiento explícito como el que se me otorga en esta ocasión. Por supuesto que el ver concluida nuestra construcción y cada vez que paso por Insurgentes me ha dado grandes satisfacciones a lo largo de mi vida”, concluyó en un tono de voz quebrantado.

AAP