César Cansino, colaborador: Ahora que está en la discusión el presupuesto y que está en lo más álgido del debate precisamente en la Cámara de Diputados, pues surgen varias interrogantes y una de ellas que se ha ventilado es el tamaño del Estado para atender las demandas sociales que son evidentemente tantas.

Aquí de lo que se trata es de una responsabilidad que asume el Estado frente a la sociedad. Es una responsabilidad, es decir, es el tamaño del Estado más que del gobierno, en el sentido de que aquí se trata de captar los recursos que finalmente por definición se deben reflejar en la situación social de un pueblo.

Lo que quiero decir, en todo caso, es que este debate del tamaño del Estado ya no es el debate, solamente se puede sostener hoy en día con criterios ideológicos si el Estado debe ser obeso en sus aparatos, instituciones, en sus partidos, etcétera, o debe ser estrecho de tal manera que imperen otro tipo de criterios para el criterio del presupuesto como criterios de racionalidad.

El argumento que yo traigo es el siguiente: Tal parece que no puede haber democracia y justicia sin un Estado fuerte y no puede haber un Estado fuerte sin recursos. De ahí que en lo personal soy partidario de una auténtica reforma fiscal que coadyuve a este objetivo, en un Estado fuerte, con recursos.

Por lo demás que el compromiso social del Estado tiene que ver más con esta fortaleza, es decir, la capacidad que tiene un Estado de allegarse de recursos, de producir riqueza y de distribuirla de manera más equitativa que con el tamaño mismo del Estado.

El dilema siempre se replantea en estos tiempos, ¿cuál debe ser el tamaño ideal del Estado?, es un debate absolutamente rebasado porque lo que interesa es el uso responsable que hace ese Estado de los recursos disponibles, manejados más con criterios racionales que con intereses de nuevo clientelistas, corporativos, electoreros que han sido la tónica histórica en este país (Ruiz Healy, 07:30, 7´15´´, maga)