Joaquín López-Dóriga, colaborador: Nadie duda, nadie, de la cercanía y peso de Juan Camilo Mouriño en el proyecto Felipe Calderón desde la precampaña hasta su gobierno, por ello a nadie sorprendió que una de sus primeras decisiones, del presidente Calderón, fuera crearle la oficina de la Presidencia de la República, con todos los poderes, con el año nuevo el Presidente designó a Mouriño secretario de Gobernación, lo que se tomó como la presentación en sociedad de su delfín para la sucesión de 2012 ante la creciente presencia de Enrique Peña Nieto y Marcelo Ebrard, pero su arribo a Gobernación no fue sin duda como lo esperaban Calderón y Mouriño, desde el primer día estalló la discusión sobre su nacionalidad, este tema pareció bajar, pero vino la bomba cuando AMLO dio a conocer la existencia de contratos de Pemex refinación con la empresa familiar de los Mouriño, firmados por él como apoderado en los tiempos que era legislador, presidente de la comisión de energía y uno más como coordinador de asesores del secretario de Energía, entonces Felipe Calderón, ese fue el primer impacto.

El segundo, fue causado por el mismo Mouriño en Los Cabos cuando en el marco de una reunión trilateral México-Estados Unidos-Canadá salió a leer una declaración que no resolvía lo que intentaba resolver: que él no había firmado sus contratos siendo funcionario de Energía y su palabra no alcanzó y no alcanzó porque nunca la pronunció. Duración 1’37”, nbsg.