Oscar M. Beteta
RadioFormulaCadenaRadioUno
07:35:00 | 2008.09.09
Desde la Segob se ha protegido la ilegalidad con los casinos: Leopoldo Mendívil
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Leopoldo Mendívil, colaborador: Quisiera sugerir por este conducto al secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, que lea por lo menos una síntesis del estudio que su antecesor, Santiago Creel, solicitó a la UNAM sobre los efectos socioeconómicos del juego de azar, para que se dé cuenta Mouriño, que se dé una idea de cómo desde la dependencia a su cargo se ha protegido a la ilegalidad, y después yo quisiera decirle al licenciado Mouriño que le voy a enviar un tríptico que muestra lo que en otros países latinoamericanos se hace para combatir el juego ilegal, mientras se promueve la legalidad en todos los sentidos, incluido muy especialmente el aspecto fiscal.

De momento quiero contar una síntesis del escrito que se refiere a la ludopatía del juego, que es una enfermedad que golpea a mucha gente que los hace cometer tontería y media.

¿Cómo identificar esa diversión cuando se convierte en vicio? Bueno, pues cuando se vuelve un medio para huir y evitar las emociones negativas, cuando se aumenta el tiempo dedicado al juego, cuando sólo se piensa en jugar, cuando por jugar se abandonan las responsabilidades y obligaciones familiares, personales y sociolaborales, cuando para mantener el juego hay que mentir, cuando se roba para jugar.

Un ludópata es aquella persona que juega abusivamente, ya no se entretiene, ni socializa, ni se relaja, ni comparte y menos aprende, por el contrario padece una dependencia absolutamente irracional del juego, a pesar de los problemas personales, familiares, laborales, legales, y le lleva a provocar su propia ruina económica y moral, el descrédito, las rupturas familiares y otras calamidades que en la cima de la crisis provocan la autodestrucción total.

El tríptico del que estoy hablando incluye un cuestionario para que los interesados puedan percatarse del tamaño del problema que padecen como víctimas de la ludopatía, que aun cuando no se pueda creer, a nadie beneficia, incluidos los casinos, porque tarde o temprano uno de los dos va a provocar problemas.

Pero los casinos serían naturalmente la parte menos importante del conflicto, por delante están el enfermo, su familia y la sociedad, además también la economía del país, porque un ludópata es un ser que se vuelve improductivo, por ello este tríptico publicado por la Asociación de Jugadores Peruanos en Rehabilitación y por un organismo eclesial, es patrocinado nada mas y nada menos que por la Dirección General de Juegos de Casino y Máquinas Tragamonedas dependiente del Ministerio Peruano de Comercio Exterior y Turismo.

No es el único instrumento de esta índole que promueve el Gobierno de Perú desde que en 1999 modificó sus políticas y decidió que la única manera de tener en el juego de azar un cáncer social, sería mantenerlo como una actividad fuera del control del Estado, no legalizado, no regulado.

Establecieron responsabilidades y obligaciones muy claras y hoy en Perú el juego participa como un factor económico más en la recaudación fiscal y en la creación de empleos ¿y en México qué? Pues nada, aquí los más beneficiados de las seudonormatividad existente se niegan a aceptar una nueva ley que ponga orden, que acabe con la clandestinidad y espante al crimen organizado, esa es la realidad que se está fomentando y lamentablemente desde algunas esferas oficiales. 4’ 23” A.L./m

H. Cámara de Diputados Coordinación de Comunicación Social