Joaquín López-Dóriga, colaborador: Anda caliente la gente con ganas de echarse la mano a la cintura y cuando digo de la gente me refiero en este caso a los políticos y la verdad es que se traían ganas desde una comida en Los Pinos en al que el presidente Calderón fue anfitrión de la cúpula priista, encabezada por Beatriz Paredes, presidenta del PRI, comida a la que acudieron los coordinadores parlamentarios del PRI y los gobernadores de este partido, encuentro que no acabó en el marco de concordia previsto o deseado, al contrario en un desencuentro.

Las versiones no desmentidas hablan de un ríspido encuentro con reproches que a decir de los priistas comenzaron del lado del Presidente de la República, desde una invocación divina para que el PRI no volviera a Los Pinos, hasta un referente del hartazgo de los militares con los gobernadores priistas que no hacían su parte en la lucha contra el crimen organizado, a esto siguieron escarceos y acusaciones con Germán Martínez en una esquina y en la otra los priistas, todos, distante a la de Beatriz Paredes en una expresión de arrogancia desdeñó a Germán Martínez diciéndole que no era de la altura de su vida para debatir con ella.

Se sostuvo Germán Martínez en su estrategia y el alto priismo tomó la decisión de ignorarlo y hacer del Presidente de la República su único interlocutor en este diferendo, han subido al Presidente de la República a ese encuentro y estamos viendo sólo el principio de lo que será una temporada, la electoral de desencuentros. Duración 1’21”/nbsg/m.