Durante los últimos veinte años México ha experimentado un fuerte incremento en la migración de mano de obra rural hacia los Estados Unidos. Entre 1990 y 2002 la proporción de la población rural de México que se encontraba trabajando en los Estados Unidos aumentó del 7 al 14% (Mora y Taylor, 2005). Por su parte los flujos de remesas a México desde los Estados Unidos pasaron de menos de $700 millones de dólares (0.3% del PIB) en el año1980 a más de $6,500 millones de dólares (1.1% del PIB) en el 2000, para luego alcanzar $16,600 millones de dólares (2.5% del PIB) en el 2004 (López-Córdova, 2005).
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