Ante la ineficacia para concluir los andamiajes institucionales que faciliten el desarrollo de la incipiente democracia mexicana a través de la cultura del acuerdo y el respeto a la política, y sobre todo, el reto que representa la construcción de un nuevo régimen político, se requiere la incorporación a nuestro marco constitucional de la figura del Jefe de Gabinete Presidencial, destacó el diputado del PRI, José Alberto Aguilar Iñárritu.

Indicó que desde la perspectiva de la ingeniería constitucional, la figura del Jefe de Gabinete representaría la designación de un responsable encargado de operar la formación de los acuerdos, de estimular la consolidación de nuevas mayorías y garantizar la ejecución de los programas anuales de gobierno.

Aguilar Iñárritu señaló que la inclusión de un Jefe de Gabinete, como parte de una renovación del régimen presidencial, permitirá separar algunas de las funciones de Gobierno y de Estado, en beneficio de un mejor control de las tareas públicas.

Agregó que de aprobarse la iniciativa que propone y que plantea diversas modificaciones a la Constitución Política y continuar su trámite, entraría en vigor a partir del 1 de diciembre de 2006.

Además, expuso, ofrecería al Presidente la ventaja de contar con un responsable de la conducción cotidiana de la administración que, además, tendría el encargo de explicar e instrumentar las decisiones políticas de gobierno ante el Congreso de la Unión.

El legislador estimó que la alternancia en la elección presidencial última no ha logrado conformar un método de modernización democrática del sistema político, que permita sustituir las viejas formas, hoy inoperantes, con un método distinto a la modernización autoritaria de otros tiempos.

“Necesitamos reconocer que en la democracia existen tantos proyectos de nación como su pluralidad sea capaz de concebir y organizar; gobernar en un régimen donde nadie puede, sin negociar, colocar su propuesta como el proyecto de nación, implica transitar por nuevas alianzas y pactos, para lograr acuerdos mayoritarios entre minorías activas”.

Aguilar Iñárritu explicó que se trata de generar en el seno de la Constitución y de la democracia, una cultura de alianza estratégica de los partidos políticos y al mismo tiempo, fortalecer la capacidad de hacer gobierno de un Presidente de la República que no tiene en el Congreso mayoría, pero que constitucionalmente dispone de las instituciones legítimas para crearla.

La iniciativa prevé que el Jefe de Gabinete será nombrado por el Presidente de la República y estará sujeto a la aprobación de la Cámara de Diputados y a la ratificación del Senado.

El legislador priista planteó en su documento que con el objeto de evitar que se alargue innecesariamente el tiempo de la aprobación del nombramiento de Jefe de Gabinete, la Cámara de Diputados podrá rezar hasta dos veces la propuesta del Presidente de la República y, en este caso, ocupará el cargo la persona que designe el titular del Ejecutivo en su tercer y última propuesta.

En su proyecto resalta que el Jefe de Gabinete podrá ser removido, con las dos terceras partes del Congreso teniendo como origen la Cámara de Senadores, además de lo determinado en la Constitución como faltas graves, por la ineficacia de su actuación o la imposibilidad de alcanzar y mantener acuerdos mayoritarios, así como por la falta de resultados en las metas trazadas por el gobierno federal al final del ejercicio trianual.

Pero también estableció que la remoción la podrá hacer el Jefe del Ejecutivo Federal, previa aprobación de la mayoría absoluta del Senado de la República.

Aguilar Iñárritu señaló en su propuesta que el Presidente de la República mantendrá su carácter de Jefe de Estado y Jefe de Gobierno, pero el Jefe de Gabinete será el responsable de garantizar la correcta operación del Gobierno y de mantener los acuerdos con el Legislativo.

En otra parte de su iniciativa el diputado priista estipuló que el Jefe de Gabinete no podrá aspirar a la Presidencia de la República por el periodo inmediato posterior.

El planteamiento del legislador deja como responsabilidad exclusiva del Presidente de la República y fuera del ámbito de competencia del Jefe de Gabinete, las políticas de Relaciones Exteriores, de Hacienda, de Fuerzas Armadas y de Seguridad Nacional.

Además el Jefe de Gabinete Presidencial estará sujeto al régimen de responsabilidades establecido en el Título Cuarto de la Constitución Federal.

Finalmente Aguilar Iñárritu precisó que es necesario que, en su caso, cuando sean dictaminadas y aprobadas las reformas y adiciones propuestas, el Congreso de la Unión impulse las correspondientes reformas y adiciones a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal y demás disposiciones legales aplicables en la materia, como lo prevé el Artículo Transitorio Segundo del mismo proyecto.