• 30 mil menores son víctimas de explotación sexual, sobre todo en zonas turísticas: diputada Laura Elena Martínez

En la actualidad más de 250 millones de niños trabajan en el mundo, de los cuales entre 5 y 10 millones están en México laborando para los sectores económicos formal e informal en condiciones infrahumanas, sin prestaciones, ni respeto a su integridad física y mental, afirmó la diputada Laura Elena Martínez Rivera (PRI).

La legisladora, secretaria de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables, indicó que de los niños que trabajan, 22 por ciento lo hacen para conseguir alimento y no reciben ingreso y 44 por ciento perciben menos de un salario mínimo.

Refirió que fuera del Distrito Federal, las ciudades con mayor número de niños menores de seis años que trabajan son: Guadalajara, Tijuana, Monterrey, Toluca, Acapulco, Tuxtla Gutiérrez, Aguascalientes, Saltillo, Ciudad Juárez, León, Morelia y Torreón.

Expuso que muchos de esos menores son usados como transportadores de droga para mantener las redes de tráfico y comercialización, por lo que la explotación sexual y laboral de niños y niñas conforman los más graves males de la sociedad.

Externó que numerosos niños de la calle que hay en la Ciudad de México han sido utilizados para producir cintas pornográficas o prostituirlos con pederastas tantos mexicanos como extranjeros. Abundó que 70 por ciento de ellos, que habitan en la metrópoli, provienen de diversos estados del país.

Precisó que más de 30 mil niños y niñas mexicanos son víctimas de explotación sexual y en su mayoría ejercen esta actividad en zonas turísticas. Dijo que 80 por ciento son niñas de entre l0 y 14 años, de acuerdo con datos de la Fundación Nacional de Niños Robados y Desaparecidos.
La diputada Laura Elena Martínez Rivera destacó que una de las causas de esta grave situación se debe a que todavía miles de niños sufren de maltrato permanente físico, psicológico y sexual en su propio hogar, con lo que se ven obligados a vivir en la calle y ganarse el sustento diario.

Añadió que el maltrato en contra de los menores se hace posible como una forma aprobada de control y educación en las sociedades que se han edificado a partir de un modelo rígido de estructura.

De ahí que plantea una iniciativa de reforma el artículo 8 de la Ley General de Educación, a fin de establecer que con la instrucción que el Estado y sus organismos descentralizados impartan, a nivel preescolar, primaria, secundaria y normal, así como la educación que los particulares ofrezcan, se luche contra la violencia intrafamiliar y toda forma de explotación de los menores.

La representante popular consideró que la escuela puede cumplir un gran papel para profundizar en la conciencia de la sociedad y, a partir de la enseñanza en todos los ámbitos, rechazar y eliminar cualquier forma de violencia intrafamiliar y explotación de los menores.

Destacó que una sociedad no sólo se forma en la escuela, aunque es importante que ahí se inculquen conocimientos y valores de tolerancia a los niños y niñas que habrán de formar su conducta.

Advirtió que la política educativa ha sido deficiente en inculcar valores sociales de igualdad, respeto, solidaridad nacional, así como rechazo a la violencia y explotación contra la niñez, situación que debe revertirse al modificar la Ley General de Educación.