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• Estado de México, Oaxaca, Guerrero, Chihuahua y Quintana Roo, en orden descendiente, los más violentos

Para que las mujeres mexicanas gocen de una vida libre de violencia donde se respeten sus derechos humanos, es prioritario realizar ajustes legislativos y de políticas públicas en los tres Poderes de la Unión, pero también la sociedad, en conjunto, debe trabajar para erradicar la violencia de género.

Así lo manifestó María Eugenia Díez Hidalgo, Presidenta da la Comisión Mexicana de Derechos Humanos, en la reunión de trabajo con la Comisión de Equidad y Género, donde recordó que México, al ser parte de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer, Convención de Belem do Pará, aún tiene pendientes en esta materia.

Respecto a esto, informó, la Comisión que representa ha hecho investigaciones para evaluar la situación de la violencia contra la mujer y los resultados indican que nuestro país es una de las quince naciones del mundo con más homicidios dolosos contra mujeres, y los estados con mayores índices violentos son: “el Estado de México, en primer lugar, seguido de Oaxaca, Guerrero, Chihuahua y Quinta Roo”.

Asimismo, precisó, más de la mitad de las mujeres ha sido víctima de la violencia cuando menos una vez en su vida, alcanzando un 40 por ciento de los delitos.

Díez Hidalgo sostuvo que en México hay avances de acuerdo a los aspectos que la Convención Belem do Pará señala, “un ejemplo son las Comisiones de Equidad y Género de la Cámara de Diputado y Senadores, la existencia del Instituto Nacional de la Mujer y legislaciones respecto al tema”; sin embargo, dijo, hay un renglón en el cual no se ha trabajado: seguridad pública.

El Estado mexicano permitió que los asesinatos contra mujeres creciera en más de mil por ciento, expuso, e ilustró: “el ejemplo más elocuente de violación de este precepto son los feminicidios en Ciudad Juárez”, añadió.

La Presidenta de la Comisión Mexicana de Derechos Humanos consideró, respecto al tema de procuración de justicia, que no toda la culpa es de las instituciones encargadas de aplicarla, pues agregó, necesitamos incidir en la prevención a través de políticas públicas.

“La sociedad nos exige inculcarle a la sociedad más educación, más valores, menos drogas, alcoholismo y violencia; hay que fortalecer la familia para terminar con la violencia. Urge transformar los programas educativos oficiales y establecer valores humanos en las políticas públicas”. Recalcó Díez Hidalgo.

Finalmente, señaló: es lamentable la inexistencia de un programa nacional para abatir y erradicar la violencia contra la mujer. Propuso, entre otras cosas, incorporar este tema como máxima prioridad del Gobierno mexicano y otorgar un Presupuesto equivalente al 0.75 por ciento de Producto Interno Bruto al enfrentar el problema.

La diputada Angélica de la Peña Gómez, del PRD, secretaria de la Comisión de Equidad y Género, indicó que la violencia contra las mujeres debe tipificarse como delito y ser sancionado.

El problema principal de violencia y discriminación contra ellas, detalló, radica en un sistema patriarcal y machista que predomina en todo el país; “hay una gran misoginia y ésta es la dificultad fundamental que tenemos que poner en evidencia para eliminar el maltrato hacia las mujer”, expresó de la Peña Gómez.

La legisladora refirió que es forzoso cambiar las estructuras sociales para dejar de ver a las mujeres “como objetos sexuales”para que sus derechos humanos se respeten.