Diputados del PAN y PRD condenaron la quema de una Bandera mexicana por parte de grupos radicales de Estados Unidos que están en contra de los migrantes y de una reforma que reconozca sus derechos humanos y laborales, y exhortaron al Gobierno Federal a que solicite a las autoridades de ese país, una investigación de los hechos.

Los legisladores además expresaron su respaldo a los miles de manifestantes que salieron este día a las calles en diversas regiones de ese país, en protesta por la reforma migratoria que pretende inhibir sus garantías.

En entrevista, el diputado Juan José García Ochoa (PRD) condenó las agresiones contra el Lábaro Patrio. Se trata, dijo, de “reacciones de la derecha conservadora que se opone a los migrantes”, y una actitud de racismo, xenofobia y discriminación, que ha provocado que la reforma migratoria no avance.

“No vimos ahí oponiéndose a las marchas a indígenas originarios de Estados Unidos, sino migrantes europeos que llegaron antes que los mexicanos y que creen que esa tierra es suya”, pero no es así, porque es abierta para todos, afirmó.

El diputado hizo un llamado al Gobierno Federal para que pida a las autoridades estadounidenses iniciar una investigación y aplicar la pena que corresponda, por haber utilizado un símbolo de otro país en ese tipo de expresiones.

Por otro lado, García Ochoa expresó su respaldo a los miles de manifestantes en su “justo reclamo”, ya que, recordó, Estados Unidos ha sido un país de migrantes que los ha recibido y que ahora, “por cuestiones de discriminación”, deciden apartar a un grupo social que contribuye a su desarrollo económico.

“Me parece importante que estas manifestaciones hagan ver que una parte de la economía y sociedad estadounidense es de origen latino, que no buscan apoderarse de nada ni hacer daño a nadie, sino sacar adelante a su familia, aportar al crecimiento de Estados Unidos y pagar impuestos.

Respecto de que el tema sea abordado con tintes electorales ante la renovación del Congreso estadounidense, el diputado aseguró que los promotores (de la iniciativa) han sido los demócratas, mientras que en los republicanos existe una posición dividida, incluyendo al Presidente George W. Bush, quien ha promovido ciertos acuerdos para la regulación migratoria.

Por su parte, el diputado panista Rodrigo Iván Cortés Jiménez manifestó que ante la posibilidad de que la reforma migratoria no se apruebe en Estados Unidos y la eventual deportación de millones de connacionales, México tiene que estar abierto al regreso de su gente, pero descartó que éste se dé “en carretonadas de millones de personas”.

Además, recalcó que Estados Unidos no va a tener la capacidad de deportar a millones de personas, “es totalmente imposible; ellos mismos hicieron el análisis y dijeron que no tienen los recursos, la manera ni la posibilidad de hacerlo”.

Asimismo, indicó que es prematuro sepultar una reforma integral de la migración, pues el proceso legislativo en EUA sigue su curso y está tratando de sortear los obstáculos que algunas personas, con visiones parciales, le colocan a esta reforma que pinta muy bien.

No la doy por muerta, dijo, y se pronunció por continuar con la diplomacia del Ejecutivo Mexicano hacia el Norteamericano, entre los Congresos y, sobre todo, con las manifestaciones pacíficas que hacen allá los migrantes. “Yo creo que ya deben volverse un actor interno nacional norteamericano, para tener un avance en el reconocimiento de los derechos humanos y laborales”.

Calificó como un hecho desafortunado el que un grupo de antiinmigrantes quemara una bandera mexicana, “porque manifiestan el rechazo a la esencia del pueblo norteamericano que es migrante, que está en un proceso constante de reconocimiento de derechos civiles”.

No obstante, se pronunció en contra de dar tratamiento discriminatorio a los norteamericanos que entren a México, porque se incurriría en algo contra lo que se ha luchado. “A lo que nos llevará la ley del Talión es a un pueblo de ciegos y lo que queremos es que todos vean los derechos humanos y laborales y que valoren las aportaciones entre ambos pueblos”.

Afirmó que en vez de pensar en estas acciones de respuesta ante las agresiones, “pensemos en hacer ver que lo más positivo para México y para Estados Unidos es reconocer los derechos laborales y humanos de ambos lados de la frontera”, enfatizó.