Hoy participó el Director de Eficiencia Administrativa, de la Secretaría de la Función Pública, Edgardo Cantú Saldaña
Uno de los grandes retos que como nación tenemos consiste en cambiar la percepción de nuestra sociedad respecto a los valores éticos de sus gobernantes e instituciones para alcanzar un gobierno en el que la población tenga confianza y credibilidad, señaló Edgardo Cantú Saldaña, director general de Eficiencia Administrativa de la Secretaría de la Función Pública.

En la continuación del Diplomado Gestión integral de la función pública en México: profesionalización y transparencia, el funcionario indicó que un buen gobierno también se refleja en indicadores como la competitividad, “entendida como la capacidad de una nación para lograr el desarrollo, de forma armónica, sostenida y sustentable”.

Cantú Saldaña dijo que este concepto implica que el gobierno esté cercano a la sociedad y sea respetuoso de la legalidad, participativo, honesto, transparente, eficaz, que promueva el desarrollo social y tenga en el centro de toda su acción al ciudadano, brindándole más y mejores servicios.

A partir de 1994 México se incorporó a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que agrupa a 30 países, los cuales comparten un compromiso permanente con la gobernabilidad democrática y la economía de mercado.

La OCDE abarca temas económicos, sociales, de educación, desarrollo sustentable y “juega un papel preponderante en la promoción del buen gobierno, apoyando a los países en la rendición de cuentas y analizando temas emergentes en los sectores clave para lograr el progreso de las naciones en una economía globalizada”, explicó Edgardo Cantú.

De igual manera, Edgardo Cantú Saldaña informó que de acuerdo a la encuesta anual de Transparencia Internacional, que da a conocer la percepción que a nivel mundial se tiene respecto al fenómeno de la corrupción, en 2005 México obtuvo 3.5 de calificación en una escala de cero a diez, y se ubica en el lugar 65 de los 159 países en los que el organismo aplicó la encuesta.

"Estas cifras refuerzan la percepción negativa que la ciudadanía tiene del gobierno, y la desconfianza e incredulidad en muchas de sus acciones” agregó el funcionario.

Con base en lo anterior, comentó, se ha diseñado la agenda del buen gobierno bajo seis estrategias fundamentales: gobierno honesto y transparente, de calidad, profesional, digital, con mejora regulatoria y que cueste menos, con el fin de servir mejor a la sociedad.

“Muchos gobiernos están en proceso de reinvención y renovación para satisfacer las necesidades de la sociedad, principalmente de los sectores más desprotegidos y brindar mayor transparencia y rendición de cuentas”, concluyó Cantú Saldaña.

Mauricio Martínez Valadez, titular de Proyectos de Consultorías de la dependencia, refirió que no se puede hablar de buen gobierno sin tecnología de información y comunicaciones en sus procesos. “En estos tiempos que vivimos se tiene que globalizar la información y poder acceder a ella”.
Destacó que México ha tenido un avance en este sentido, “ya que ubicamos la cuarta posición en cuanto a la innovación de los sistemas que tiene el gobierno”, y el ciudadano puede acceder a diferentes trámites y servicios, por medio de las tecnologías de comunicación.

Martínez Valadez explicó que el objetivo de esta línea estratégica de gobierno digital tiene que ver con la facilidad de acceso del ciudadano para la realización de trámites o recepción de servicios públicos; por ello, se han implementado centros con acceso a Internet vía satélite y facilitar a la comunidad el uso de estas tecnologías, ya que muchos no tienen este servicio en sus hogares.

Finalmente, Alfredo Velásquez Rojas, director general Ajunto de Procesos dijo que es necesario satisfacer y superar las expectativas que el ciudadano espera de sus gobernantes y que el concepto de buen gobierno se da cuando una administración funciona mejor “y hace lo que tiene que hacer con pocos recursos y uso eficiente de éstos”.