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• El próximo gobierno tendrá que atender estos casos

Diputados del PRI y del PRD señalaron que el compromiso de los líderes del congreso norteamericano para destrabar la reforma migratoria no es lo que se esperaba, sino sólo un acuerdo de intención, en tanto que diputados del PAN hicieron votos porque se apruebe un proyecto que posibilite una relación más madura, que permita una mejor integración y cuide los derechos humanos y laborales de los migrantes.

Al respecto, el diputado José Alberto Aguilar Iñárritu (PRI) afirmó que ese compromiso “es una discusión política y jurídica norteamericana que responde a su propia lógica”, no al acuerdo de Fox ni está considerando las variables mexicanas, sino las norteamericanas.

“Lo que pasa es que al PAN le encanta decir que Fox puso el tema en la mesa para tratar de salvar al gobierno de otro incumplimiento más, de otro fracaso más, lo hacen electoreramente, pero no tiene nada que ver”, subrayó.

Agregó que si se quiere hablar de un tratado migratorio con Estados Unidos hay que replantear la forma en que se ha procesado, si hay condiciones y cuándo se darán para lograrlo, “estoy a favor de que se busquen, pero no decir que esa discusión interna norteamericana es el acuerdo migratorio”.

Al referirse a la separación de Venezuela del Grupo de los Tres (G3), señaló que al parecer se basa en las decisiones políticas gubernamentales de corto plazo que ese país, México y Colombia están efectuando y que no tienen por delante la importancia del entendimiento para concretar acuerdos y mantener vigentes los que se han logrado.

Agregó que endurecer las posiciones no ayuda a nadie, “pero a nivel de los mandatarios de México y Venezuela hay una rispidez que parece que se fortalece todo el tiempo, lo cual habla del fracaso de ambas diplomacias”.

Reconoció que México y Venezuela son las grandes potencias petroleras de la región latinoamericana, y en vez de tener políticas comunes, rompen la fortaleza que da la unidad y esto debilita las posiciones, “pero además se afectan acuerdos que benefician a otros países hermanos de América Central”, por lo que hizo un llamado a la prudencia, la sensatez y a pensar en un plazo más largo.

Consideró que con esta decisión del gobierno Venezolano no se pierde la relación con esa nación, pues las diferencias son entre dos mandatarios, no entre dos Estados, por ello, indicó que el próximo Presidente de la República tendrá que dar un golpe de timón en su política exterior, en la cual, uno de los capítulos que deberá considerar es rehacer las relaciones con Venezuela.

En ese sentido, dijo que para reestablecer las relaciones con ese país es necesario elevar miras, “no podemos quedarnos en el tema de dimes y diretes entre un mandatario y otro y tampoco podemos entrar en la lógica de pretender que las posiciones sobre política económica deben ser por fuerza las mismas, sino que debemos aprender a vivir en la diferencia y no lastimar lo que puede ser de interés común”, enfatizó.

Reconoció que en este asunto México tiene que hacer la parte que le corresponde para recuperar el liderazgo perdido en América Latina.

En su oportunidad, el diputado del PRD Juan José García Ochoa explicó que el compromiso de los líderes del congreso norteamericano para destrabar la reforma migratoria, que es un acuerdo de intención, no hay una redacción de lo que pudiera ser este consenso, sin embargo reconoció la importancia de que hayan hecho pública la intención de llegar a un acuerdo.

Lo que anuncian es que los republicanos no darán la vuelta a lo que aprueben los senadores para volver a la Ley Sensenbrenner, lo cual posibilita una solución negociada entre republicanos y demócratas al asunto de la reforma migratoria

Sobre la salida de Venezuela del G3 es un retroceso en la integración y la cooperación latinoamericana, dada la importancia que revestía este grupo, “no es un organismo más ni uno cualquiera, se trata de un mecanismo de coincidencias para México en asuntos estratégicos como la política petrolera”.

Con esta decisión, puntualizó, México queda aislado de la OPEP y habrá que buscar otros mecanismos para establecer una mayor coordinación con esta organización tan importante, para no estar con una política petrolera al margen de lo que hacen estos países productores.

Coincidió con Aguilar Iñárritu en que no constituye una ruptura de relaciones, aunque todo mundo sabe la posición que México y Venezuela han protagonizado de confrontación verbal, que no ha cesado “y que ahora nuevamente el presidente Fox revive sin agresión previa y sigue deteriorando la relación, causando estragos en la política exterior y en nuestra imagen internacional, sin justificar a Chávez que también es otro, casi hechos tal para cual”.

Consideró que México debió haber hecho más esfuerzos diplomáticos para mantener una buena relación con Venezuela y no romper la integración latinoamericana, pero “tal parece que los dos están encaprichados, tanto el presidente de Venezuela como el de México y en nada ayudan a los temas realmente importantes para ambos pueblos”.

“Puede no gustarnos quién gobierne en otro país, pero la política exterior mexicana ha sido muy respetuosa de los gobiernos que, independientemente que sean de derecha o de izquierda, el gobierno mexicano debe respetar el gobierno que tenga Venezuela. Creo que si se da esta condición hay todas las posibilidades de recuperar una excelente relación”.

Por su parte, el diputado Rodrigo Iván Cortés Jiménez (PAN) explicó en el caso de la salida de Venezuela del G3 que lo más conveniente para la comunidad latinoamericana es que las relaciones internacionales se lleven con respeto y civilidad, pero “en el caso del gobierno venezolano y en particular de su presidente, Hugo Chávez, no hay muestras de respeto para con sus pares ni de civilidad, dejando al garete el beneficio de los venezolanos; pobres venezolanos que les tocó un presidente como ese”.

Resaltó que el trabajo internacional de México para con Latinoamérica es tratar de que haya mínimos de respeto y seriedad y no quede en demagogos que responden a una agenda particular y facciosa “que quieren dividir a la región y colocarla en un esquema de lucha de clases que debería quedar en siglos pasados”.
Señaló que para revertir el deterioro de la relación con México y Venezuela se debe dar un gesto de reparación. “Chávez podrá aumentar o proferir más insultos, pero el gobierno mexicano debe dejar ahí la situación y que este gobernante sea el que rectifique y dé la oportunidad a su país de ser representado con mayor dignidad y con mayor respeto a los otros países”, enfatizó.

Sobre el acuerdo migratorio que ya se destrabó con un compromiso de los líderes del Congreso para desahogar la reforma migratoria destacó el trabajo del gobierno y el Estado Mexicanos, lo que había permitido un preacuerdo en las últimas reuniones en Washington, donde había disposición de republicanos y demócratas de hacer una reforma integral y no maniquea como la Ley Sensenbrenner.

“Al fin, creo que la racionalidad política han hecho que se reactive el preacuerdo que se tenía y ojalá esto llegue a buen puerto antes de que termine el mes”. Consideró que existen las propuestas suficientes para hacer una reforma integral y no las parcialidades que se vieron anteriormente.

Manifestó su satisfacción porque se haya destrabado, que se recupere el preacuerdo y ojalá, por el bien de los migrantes, de los que estamos de este lado de la frontera y de la relación México-EUA se apruebe un proyecto que posibilite una relación más madura, donde nos sintamos mejor integrados y que se cuiden mejor los derechos humanos y laborales de los migrantes.