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• Todos los años cruzan la frontera 500 mil mexicanos, en su mayoría campesinos: productores de maíz

La problemática del campo mexicano se ha agudizado con la presencia de políticas neoliberales, lo que ha representado la pérdida de 2 millones de empleos rurales desde la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Representantes de la Confederación Nacional de Productores de Maíz y de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo señalaron que el impacto del TLCAN es producto del crecimiento de la indigencia: 70 por ciento de la población rural es pobre y todos los años cruzan la frontera 500 mil personas, muchos de ellos campesinos.

Durante la clausura del foro Balance y expectativas del campo mexicano, los productores de maíz recordaron que México es el país de origen de este producto y el cultivo más importante; “existen 4 mil variedades registradas, y a esta actividad se dedican 3 millones de productores, es decir, el 93 por ciento de ellos”.

El maíz representa el 32 por ciento de los alimentos cosechados. Frente a esto es inaceptable propagar el mito de que México no es apto para producirlo, pues de él dependen 12 millones de habitantes del campo.

Del total de los productores, el 70 por ciento siembran variedades nativas y son utilizadas 8.7 millones de hectáreas en 37.4 por ciento de la superficie total sembrada en el país, informaron.

Los productores de maíz recordaron que el ingreso en el TLCAN fue la decisión más importante en materia de política pública que adoptó el Estado mexicano para el campo en la última década.

“El resultado de su aplicación se ha evidenciado en fenómenos como: la pérdida del mercado interno para la producción agropecuaria nacional, de empleos y la deterioro de la economía campesina”, expresaron.

Explicaron que es un error que las autoridades intenten resolver los problemas rurales desde el propio sector, y propusieron establecer un programa marco para las políticas públicas a largo plazo, sistémico y que garantice la alimentación suficiente, oportuna y adecuada de la población.