·Se tiene un déficit de más de 3 millones de metros cúbicos de madera y pérdida de 40 mil empleos permanentes

En México existe una grave disminución en la producción maderera, de 9.3 millones de metros cúbicos en el año 2000 a 6.8 millones en la actualidad, lo que implica la pérdida de 40 mil empleos permanentes y el incremento del déficit comercial en productos forestales.

Lo anterior se concluyó en el Foro Balance y Expectativas del Campo Mexicano; Bosques, organizado por el Comité del Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria, que preside el diputado Víctor Suárez Carrera, quien señaló quea pesar de contar con grandes extensiones de bosque maderable, México depende cada vez más de los productos de importación.

Agregó que durante los últimos siete años, el déficit de la balanza comercial forestal ha crecido de manera constante: de 967 millones de dólares en 1997 a cuatro mil millones de dólares en 2004.

El legislador planteó la necesidad de fortalecer las regiones forestales donde aún no se han desarrollado estrategias de manejo. Abundó que en estas áreas los recursos naturales deben ser motor de desarrollo y combate a la pobreza.

Expuso que para hacer competitivo el sector forestal se requiere de un importante esfuerzo gubernamental para restaurar la red actual de caminos rurales.

Se señaló que “en México hemos sido eficientes en destruir y ahora es momento de volver a construir, porque los bosques se pueden regenerar y hasta obtener una ganancia económica, como es el pago por servicios ambientales”.

Otra de las conclusiones del Foro fue que no es a través de la persecución de campesinos como se logrará detener el deterioro forestal, sino haciendo a la silvicultura viable.

Los participantes de las diversas mesas de trabajo acordaron que la problemática que se vive en el sector no estriba en la cantidad de recursos que se asignen, sino más bien en la distribución adecuada del presupuesto.

A su vez, consideraron que el cáncer mayor en este asunto es el “clientelismo en el campo”, es decir, la organización social que apoya al Estado a cambio de favores, cuya práctica va en detrimento de los productores.

En otra de las mesas la conclusión fue que se deben elaborar programas regionales de desarrollo forestal sustentable y promover el ordenamiento del uso del suelo.

Durante su intervención, Gustavo Sánchez Valle, presidente del Consejo Directivo de la Red Mexicana de Organizaciones Campesinas Forestales, manifestó que es necesario revisar la política de conservación de las áreas naturales protegidas.

Añadió que de nada sirve decretar un sinnúmero de áreas naturales protegidas, si no hay inversión del gobierno, así como participación de las comunidades.

Finalmente, afirmó que los bosques ya no se deben ver sólo como una actividad minera de extracción de madera, sino buscar la multifuncionalidad.

Precisó que entre los beneficios de los pagos por servicios ambientales, está la disminución de la sobreexplotación de recursos y el deterioro de los ecosistemas, lo que permitirá la prevención de desastres por deslaves e inundaciones.