·Es un trascendente logro de nuestra diplomacia

·Deberá promover avances sólidos en la agenda temática

Ante la cercana apertura del primer periodo de sesiones del nuevo Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que presidirá a partir del próximo 19 de junio, por un año el embajador mexicano, Luis Alfonso de Alba, diputados del PAN, PRI, PRD y Convergencia esperan que nuestro país promueva avances en la vigencia plena de estos preceptos y asuma con toda seriedad el compromiso de avanzar en la agenda nacional e internacional.

Aunque los temas para estas primeras sesiones, en Ginebra, Suiza; aún no han sido definidos, la diputada Diva Hadamira Gastélum (PRI), presidenta de la Comisión de Equidad y Género, sostiene que podrían abordarse las desapariciones forzadas y los derechos de los pueblos indígenas, ambas cuestiones en las que nuestro país “puede hacer una aportación activa e importante”.

La diputada Gastélum expresó también su deseo de que la participación de México en este Consejo logre que “un tema tan delicado no contamine de asuntos políticos”.

El diputado Rodrigo Iván Cortés (PAN), miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores, dijo que “es importante valorar el reconocimiento que se le hace a México para incidir en la primera etapa del Consejo”, que sustituirá a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.

En buena medida, advierte el diputado Cortés, el propio Consejo y su funcionamiento – consistente en hacer revisiones sistemáticas de los derechos humanos de todos los países para evitar dobles raseros – “fueron propuestas de México y por lo tanto es importante reconocer este logro de la diplomacia mexicana”.

Señaló que México es un país transparente que se ha abierto al mundo y a la crítica en este sexenio, que “no tiene nada que ocultar” y que “ha dado entrada a más de 16 relatorías internacionales en materia de derechos humanos”, lo cual fue un factor importante para su elección como miembro del Consejo por 154 votos y luego como presidente del mismo, por unanimidad, en su primer año de sesiones.

En tanto, la diputada Eliana García Laguna (PRD), miembro de la Comisión de Justicia y Derechos Humanos, destacó que la actividad intensa en materia internacional y de relaciones que ha desarrollado el gobierno en esta materia deberá acompañarse de acciones concretas y prácticas al interior del país para avanzar en la situación de los derechos humanos en México.

La diputada García Laguna mencionó que entre otros rezagos en la materia, en nuestro país destacan “la reforma constitucional para elevar a ese rango los derechos humanos y los tratados en la materia, las reformas a la Comisión Nacional y a las comisiones estatales de los derechos humanos, las reformas para tipificar adecuadamente en el orden jurídico interno los delitos de lesa humanidad, genocidio y crímenes de guerra, la limitación del fuero de guerra y las reformas pertinentes en la legislación local”.

Para la legisladora perredista, México está obligado a avanzar en los derechos de segunda generación -como el derecho al empleo y a la alimentación- y en dejar atrás la realidad de los casos de Atenco, Sicartsa y Pasta de Conchos, cuyos presuntos responsables se encuentran aún sin castigo.

De acuerdo con el diputado Jesús González Schmal (Convergencia) existen otros temas pendientes, como “quedó de manifiesto en un informe que se dio respecto a la desigualdad en materia de géneros en México y a la discriminación crónica de la condición de la mujer en nuestra convivencia”, por lo que nuestro país “tendrá que hacer honor a su prédica de que estamos a favor de los derechos humanos y los patrocinamos a nivel internacional, aunque en nuestra vida interna no siempre los cumplimos”.

En la opinión de González Schmal, la participación en el Consejo, el cual “está en el centro de los planes prioritarios de las Naciones Unidas”, exige evitar posiciones erráticas y desplegar una política exterior congruente de reconocimiento de los avances y los retrocesos en la materia.

En entrevistas por separado, los diputados coincidieron en que será difícil que en este nuevo Consejo se suscite de nuevo la confrontación que año tras año protagonizaban México y Cuba alrededor de la situación de los derechos humanos en la Isla.

Desde su perspectiva, esto no sucederá porque todos los países habrán de pasar por una revisión universal periódica y los esfuerzos del Consejo se harán no para señalar, humillar o acosar a algún país en particular, sino para mejorar la situación global de los derechos humanos.

El Consejo, cabe señalar, se reunirá por lo menos diez semanas al año, a diferencia de las seis semanas que sesionaba la Comisión. Además contará con la participación de 47 miembros y la ausencia de los Estados Unidos e Israel, quienes decidieron no participar.