·Daniel Montero Zendejas, catedrático de la UNAM, participó en eldiplomado Gestión de la función pública en México: profesionalización y transparencia
Más que elaborar una nueva Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, necesitamos una reforma integral del Estado donde se replanteen los objetivos fundamentales en materia de justicia, administración, economía, seguridad social, educación y calidad en los servicios médicos, señaló el doctor Daniel Montero Zendejas, catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM.
El académico se pronunció en contra de crear una nueva Constitución Política, puesto que la actual “es rica, está presente, viva, todavía hay mucho por qué apostarle y se debe trabajar por su vigencia. Sin embargo, la Reforma del Estado no puede sintetizarse a la transformación del modelo jurídico porque no resolvería los problemas que aquejan al país”.
Al participar en el diplomado Gestión integral de la función pública en México: profesionalización y transparencia, Daniel Montero señaló que estamos frente a un escenario que necesita ser replanteado integralmente mediante la construcción de un nuevo contrato social que se base en una distribución equitativa de la riqueza.
“La Reforma del Estado no radica sólo en un cambio fiscal, hacendario o administrativo, como lo plantean los partidos políticos; la inclusión de la participación social es insoslayable”, aseguró.
Añadió que debe gestionarse una ley de partidos políticos que contemple la revocación del mandato, no sólo el plebiscito, el referéndum y la iniciativa popular, sino también la segunda vuelta y que se acorten los tiempos electorales.
Antes de emprender esta serie de cambios estructurales, dijo el docente, el Estado debe explorar qué es lo que verdaderamente necesita su sociedad: “fortalecer la educación, el deporte, al respeto y valores, aspectos que se han perdido”.
Finalmente, Daniel Montero Zendejas señaló que uno de los retos de la administración pública consiste en consolidar un modelo económico a largo plazo que no sólo dure seis años.
“Creo que es uno de los retos más importantes frente al siglo XXI: el cambio del actual modelo que signifique una distribución de la riqueza equitativa”.
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