La Cámara de Diputados manifestó su rechazo a la decisión del Congreso de Estados Unidos de aprobar la iniciativa HR6061 que contempla la construcción de un muro de mil 123 kilómetros en la frontera de México y aquella nación, además del uso de tecnología militar.

A través de un punto de acuerdo avalado por los ocho grupos parlamentarios, se señala que la barrera física lastima la relación bilateral y sostiene que los mexicanos no constituyen una amenaza a la seguridad y a la economía de Estados Unidos.

Por el contrario, refiere, “nuestros connacionales son un impulso al desarrollo a través del trabajo honesto, el pago de impuestos y el aporte cultural”.

Del mismo modo, se respalda el pronunciamiento del Ejecutivo Federal que demanda a su homólogo estadounidense, George Bush, vete dicha resolución.

Además, la Cámara de Diputados expresó su solidaridad con los seis millones de mexicanos indocumentados que laboran en Estados Unidos, a los cuales no se les puede catalogar de delincuentes sino, por el contrario, como empleados que contribuyen al desarrollo de ambos países.

En este tenor, el punto de acuerdo hace un exhorto al Ejecutivo Federal para que busque fortalecer las medidas diplomáticas que tengan como objetivo la defensa de los derechos humanos y laborales de nuestros connacionales en E.U. y acuda ante los tribunales y organismos internacionales para solucionar este diferendo.

Asimismo, la Cámara de Diputados manifestó su pleno respaldo al documento México ante el fenómeno migratorio, emitido en marzo de 2006 por todas las fracciones parlamentarias, donde se asume el principio de responsabilidad compartida en este problema.

El punto de acuerdo menciona que el muro representa una salida falsa al reto de la migración, propiciando el crecimiento del mercado negro de personas y los riesgos de muerte.

También establece la necesidad de que el Estado asuma con mayor profundidad y eficacia la responsabilidad de trabajar con base en políticas sociales y de avance regional, para que los mexicanos no busquen en otros países las oportunidades que en su nación no encuentran.

La iniciativa HR-6061 prevé, entre otras medidas, la construcción de un muro de mil 123 kilómetros; la utilización de tecnología de punta para vigilancia y el reforzamiento de la patrulla fronteriza, así como un presupuesto de 38 mil millones de dólares al Departamento de Seguridad Interna.

Posicionamientos

Al iniciar el debate sobre la propuesta, el diputado Luis Fernando Rodríguez Ahumada (PAN) subrayó que el muro representa una salida falsa en la solución del problema de la emigración, pues propiciará el crecimiento del mercado negro de personas y aumentará los riesgos de muerte de quienes intentar cruzar la frontera. Además, dijo, “son medidas que poco ayudan al espíritu de cooperación bilateral”.

El legislador perredista Cuauhtémoc Sandoval Ramírez manifestó que la complejidad del tema migratorio tiene causas económicas, sociales, culturales y familiares, por lo que no puede ser solucionado con medidas punitivas, policiacas y militares. “La construcción del muro es una ofensa a nuestro país”.

A su vez, Samuel Aguilar Solís (PRI) se pronunció a favor de la soberanía nacional y la defensa de los derechos humanos en cualquier parte del mundo; porque, explicó, este tipo de actos violan los principios básicos de la política exterior. “El fenómeno migratorio no se resuelve con muros, sino en el marco de la diplomacia y la colaboración bilateral”.

El diputado Santiago Gustavo Pedro Cortés (PT) aseguró que la construcción de este muro es una muestra clara de que la política de buena relación que siempre defendió el Presidente Vicente Fox frente al país vecino, fracasó rotundamente y que no se hizo lo necesario para lograr un acuerdo que resolviera el tema de la migración.

La diputada Irma Piñeyro Arias (Nueva Alianza) señaló que las medidas tomadas en el último año para proteger la frontera rompen tajantemente con los esquemas de cooperación y amistad entre México y Estados Unidos. Añadió que el fenómeno migratorio requiere de un enfoque integral basado en el principio de responsabilidad compartida.

En su oportunidad, Érika Larregui Nagel (PVEM) manifestó su desacuerdo con la construcción de la barda y agregó que la relación bilateral no debe fundarse en reuniones amistosas, prácticas fraternales entre mandatarios ni en ser sumisos, sino para encontrar soluciones a través de políticas inteligentes, equitativas y realistas.

Enseguida, la diputada María del Carmen Salvatori Bronca (Convergencia) calificó que la decisión del gobierno norteamericano constituye un fracaso de la política exterior de Fox y es un triste colofón a su errática conducción de los asuntos externos, pues sólo sembró desconfianza dentro y fuera del país.

La legisladora Sara Isabel Castellanos Cortés (PVEM) coincidió en que el muro es un ejemplo fehaciente del fracaso de la política exteriormexicana e indicó que nuestro país todavía puede apelar a los foros internacionales para impedir su construcción, además, solicitó que se interponga una denuncia ante la comisión de cooperación ambiental del TLCAN.

El diputado José Jacques y Medina (PRD) consideró que “este muro de la muerte” no se acerca siquiera a la media solución porque no ve los problemas humanos. De forma mediática, dijo, se ha establecido que los emigrantes mexicanos son terroristas potenciales, pero en la historia no hay un solo acto de esa naturaleza.

A su vez, José Edmundo Ramírez Martínez (PRI) dijo que es ofensivo que Estados Unidos trate como delincuentes a los indocumentados mexicanos y pensar que al levantar un muro van a detener el fenómeno migratorio en aras de la seguridad no va a resolver el problema, lo va a agravar, va a distanciar a los dos países y hará más tensa la relación.

La diputada Aida Marina Arvizu Rivas (PASC) consideró que la medida resultará en un mayor sufrimiento para los migrantes e incrementará el número de muertes de personas que intentan cruzar la frontera.

Finalmente, el diputado Felipe Díaz Garibay, de la fracción parlamentaria del PAN, consideró como grave que importantes asociaciones civiles estadounidenses han externado su pleno respaldo a la construcción del muro.

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