A pesar de queen México la seguridad pública está en un punto crítico, pues el crimen organizado y la violencia procedente del narcotráfico tienen arrinconadas a las autoridades, el Ejército y Armada nacionales deben dejar de realizar tareas de seguridad pública y ser sustituidas por las fuerzas policiacas federales, consideró el diputado del PRI, Roberto Badillo Martínez.

En un punto de acuerdo, publicado en la Gaceta Parlamentaria y que sería votado en la sesión ordinaria de este martes, el legislador sugiere exhortar al secretario de Gobernación para que en el marco del proceso de transición, coordine acciones con el equipo del presidente electo, Felipe Calderón Hinojosa, e inicie la organización y adiestramiento paulatino de las corporaciones civiles.

Ello, con el fin de sustituir en forma progresiva a las Fuerzas Armadas de las tareas de seguridad pública.

No obstante, señala que el Ejército Mexicano podría coadyuvar en el entrenamiento de la policía federal sin que ello obligue a alejarlo de sus misiones que están claramente establecidas en la Constitución.

En este sentido, explicó, el adiestramiento consistiría en imponer orden, disciplina, organización, condición física y manejo de todo tipo de armas y artefactos que necesitan las fuerzas policiacas sustitutas.

“El orden militar no está para garantizar la seguridad pública, ni combatir a la delincuencia organizada, así como tampoco al narcotráfico. La misión de las Fuerzas Armadas nacionales son muy claras y están en las leyes respectivas”, subrayó.

Badillo Martínez destacó que mientras no tengamos un concepto preciso y el consenso sobre qué es la seguridad pública, la interior, del Estado, nacional o cualquier otro tipo que afecte a la paz y a la tranquilidad de los ciudadanos y no se delimite a qué autoridades compete cada una de ellas, como hoy sucede, habrá siempre el riesgo de que la inseguridad y el crimen organizado vayan en aumento.

Señaló que algunos gobiernos tanto federal como locales, cuando no han logrado controlar la inseguridad o han sido rebasados por el crimen organizado y el narcotráfico, recurren a las fuerzas armadas para que coadyuven con las policías civiles.

Sin embargo, dijo, la seguridad de la nación no debe confundirse con la interior, nitampoco con la pública y mucho menos con la del Estado, por lo que las fuerzas armadas requieren ser relevadas de las actividades que realizan en contra del crimen organizado y en contra del narcotráfico.

El legislador del PRI mencionó que el presidente electo podría seguir un camino diferente al de sus antecesores en materia de seguridad pública, “ya calificados de fracaso” y un primer paso sería lograr que la Suprema Corte de Justicia de la Nación no sea obsecuente con el Poder Ejecutivo Federal para eximir, legalmente, a las fuerzas militares de las actividades del combate al narcotráfico y al crimen organizado.

“Este sería el primero de varios objetivos que hay que lograr para una total reestructuración exitosa de los organismos policiacos encargados de garantizar la seguridad pública de la nación”, concluyó.

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