El mercado farmacéutico mexicano ha sido colocado en la novena posición a nivel mundial y el primer sitio en América Latina en producción de medicamentos. Además, se espera que a finales del 2006, reporte ventas por 9 mil millones de dólares, convirtiéndolo en un sector rentable para los laboratorios transnacionales.

Asimismo, se destina el 22 por ciento de las erogaciones totales de salud a la compra de medicamentos, al mismo tiempo que 91 por ciento de dicho gasto proviene del bolsillo de las personas, señaló el diputado Efraín Morales Sánchez (PRD).

Destacó que el hecho de que la producción y comercialización de los medicamentos a nivel internacional esté concentrada y manejada por una minoría de laboratorios, ha derivado en la monopolización del sector farmacéutico, lo cual ha trascendido a nuestro país, cuyo resultado se siente en los precios elevados de los medicamentos patentados.

Tal situación, indicó, afecta directamente el bolsillo de los consumidores y contribuye a la precarización e inequidad de la salud de aquellas personas que requieren de algún medicamento, incluso para salvar su vida.

Morales Sánchez manifestó que en el mercado farmacéutico mexicano se encuentran establecidas alrededor de 250 empresas, de las cuales 10 por ciento son de gran capital y 90 por ciento de mediano y pequeño monto.

Esta industria en México, resaltó, ha alcanzo ventas por 6 mil millones de dólares, de los cuales la mitad se concentraron en 10 laboratorios de empresas trasnacionales, entre las que se encuentran Pfizer, Roche, GlaxoSmithKline, Novartis, SheringPloug y Johnson and Jhonson.

El secretario de la Comisión de Salud, refirió que las ganancias multimillonarias de estas grandes empresas, derivan del beneficio que actualmente les otorga la ley en materia de patentes, específicamente el prolongado lapso de vigencia de 20 años establecido en la Ley de la Propiedad Industrial.

Agregó que debe ser el Ejecutivo quien evite a los titulares de patentes y autoridades incurrir en prácticas que conlleven a la extensión de dicha vigencia, ya que si las patentes tienen como finalidad incentivar económicamente a los creadores de productos, estimular la investigación y desarrollar nuevos productos, también es para el caso del sector farmacéutico.

Por ello, el diputado del PRD presentó una iniciativa por la que se reforma la Ley de la Propiedad Industrial, a efecto de contribuir a la disminución de los precios de los medicamentos, a través del fomento a la competencia industrial que la concesión de licencias de utilidad pública aportan mediante la explotación de patentes.

La propuesta busca que los medicamentos no sean factor para que su producción y venta se desvirtúe del beneficio social y cause un gran daño a la comunidad, en el momento en el que su valor se exagera, “como ocurre en la industria de medicamentos del país, cuyos altos precios merman la capacidad económica de la población”.

A quien incurra en estos delitos, se plantea una pena de tres a diez años de prisión y multa de dos mil a veinte mil días de salario mínimo general vigente en el Distrito Federal. Se reformaría
el primer párrafo del artículo 77; se adiciona una fracción VII al artículo 223; y se reforma el artículo 224, de la Ley de la Propiedad Industrial.

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