Durante su conferencia Diálogos con la Academia, ante diputados integrantes del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública, Guillermo O Donnell, profesor de la Universidad de Notredame, se pronunció porque toda democracia cuente con congresos fuertes y legisladores que puedan ser reelectos y con mayor profesionalización.
En la reunión, los diputados cuestionaron sobre los retos que enfrentará América Latina y Europa sobre el fenómeno migratorio de los próximos años, toda vez que tan sólo en los últimos 5 años más de 2 millones de mexicanos emigraron a Estados Unidos, en su mayoría jóvenes, lo cual constituye una sangría brutal para México porque corremos el riesgo de convertirnos en una nación de mujeres solas, niños y personas de la tercera edad.
También los legisladores preguntaron sobre la posibilidad de que movimientos de izquierda en Latinoamérica y Europa pasen de ser gobiernos democráticos a gobiernos totalitarios, así como el mejor patrón democrático o tipo de gobierno para América Latina.
Al responder a los cuestionamientos, Guillermo O Donnell aseguró que la migración es un problema dramático que enfrenta no sólo América Latina, sino Europa del este y una parte de Asia, donde los jóvenes son atraídos por los países desarrollados.
La solución a esa situación, dijo, es implementar desde los gobiernos reformas educativas que permitan anclar a los jóvenes en sus lugares de origen, así como ofrecerles nuevas oportunidades.
El académico destacó que los parlamentos que funcionan bien son aquellos que están más cerca de la ciudadanía, quien está verdaderamente representada. La cercanía con la sociedad no es difícil, ocurre en todos los congresos, pero si no se lleva acabo terminará por constituirse en un obstáculo para los parlamentos, aseveró.
Guillermo O Donnell consideró necesario llevar a cabo acuerdos con los partidos políticos para evitar errores y vacíos que pudieran ser dañinos para los pueblos.
Explicó que no hay izquierdas en América Latina sino países con gobiernos social demócratas como Chile y Brasil. Precisó que no existe un sistema político único, pero en todo gobierno debe haber un equilibrio entre la fuerza de centro izquierda y centro derecha.
Reconoció algunas inconsistencias de la democracia como las de Brasil y Argentina, donde hay un sistema democrático, pero en algunas de sus provincias prevalece un régimen dictatorial.
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