La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que cada año, en todo el planeta, se interrumpen 45 millones de embarazos, de los cuales 18 millones se realizan en condiciones inseguras, lo que provoca la muerte de 68 mil mujeres, que bien podrían ser evitadas.

En los últimos tres lustros, en nuestro país, mil 537 defunciones se debieron a complicaciones por abortos realizados de forma ilegal, que coloca a esta práctica como la quinta causa de muerte materna.

El 60 por ciento de dichos decesos ocurrieron en seis entidades; en primer lugar está el Distrito Federal con el 14 por ciento, seguido por el Estado de México (13 por ciento), Veracruz (10 por ciento), Chiapas (8 por ciento), Puebla (7 por ciento) y Guerrero (6 por ciento).

Por ello, la Comisión de Equidad y Género, que preside la diputada Maricela Contreras Julián (PRD), organizó el Taller de Sensibilización Sobre Salud Sexual y Reproductiva, con el propósito de conocer la opinión de especialistas en la materia que deriven en la creación de políticas públicas acordes a las necesidades de la sociedad.

La legisladora comentó que establecer campañas bien definidas disminuirá la práctica del aborto, estimulará el uso de anticonceptivos para prevenir los embarazos no deseados, promoverá la prevención de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) y del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) e impulsará la equidad de género.

Enfatizó que desde el Congreso se buscará elaborar leyes que permitan a las mujeres ejercer libremente sus derechos, “los cuales deberán estar actualizados a las demandas de la vida moderna y ser accesibles para todas, no importando si viven en zonas rurales o urbanas del país”.

En su oportunidad, Pilar Muriedas Juárez, representante de la Coalición por la Salud de las Mujeres, destacó que el primer paso hacia una verdadera igualdad de género sólo podrá darse cuando se reconozca la existencia de esta problemática.

Dijo que mientras no se entienda que hombres y mujeres vivimos realidades distintas, no se combatirán los atrasos que existen en el campo de la salud, cultura, educación, ciencia, entre otras áreas claves para el desarrollo de la nación.

Exhortó al Congreso a revertir tal situación a través de políticas públicas correctas y pidió que se dirijan recursos presupuestales a programas específicos encaminados a combatir la desigualdad de género.

En su oportunidad, la Directora de Operaciones de la Fundación Mexicana para la Planeación Familiar (Mexfam), Ofelia Aguilar, propuso impulsar una nueva cultura de la salud sexual, con base en el respeto a las garantías individuales.

Señaló que una de las estrategias principales es el trabajo escolar, “siempre acompañado de la opinión de los padres de familia, quienes deben facilitar a sus hijos el acceso a la información y así contribuir en el desarrollo pleno de los jóvenes”.

Otro aspecto fundamental, reconoció, es la capacitación a los profesores, porque son ellos quienes tienen contacto directo con las nuevas generaciones y deben estar bien preparados para saber educar, aunado con programas integrales de salud sexual y reproductiva, que derivaran en cambio de actitudes, así como en prácticas responsables.

En ese sentido, Gabriela Rodríguez Ramírez, presidenta de Afluentes S.C., subrayó que la mayoría de las encuestas realizadas en México coinciden en señalar que la información más completa que reciben los jóvenes sobre sexualidad se da en la escuela.

“El 34 por ciento de los consultados dijeron que las pláticas más constructivas sobre estos temas fueron en las aulas, mientras que el 25 por ciento afirmó que sus padres los orientaron”, acotó.

Precisó que el mejor momento para hablar de salud sexual y reproductiva es en la educación básica, “contrario a lo que afirman grupos conservadores, está comprobado que de esa manera se pospone el comienzo de la actividad sexual”.

Puntualizó que estudios realizados en diferentes naciones plantean que a mayor información, el inicio de la vida sexual es más tardío, reduce el número de parejas sexuales, de embarazos no planeados y la transmisión de enfermedades como el VIH-Sida.

“Lo que uno escucha desde niño es determinante en cómo se vive la sexualidad y ese factor se debe estudiar más a fondo para comprenderlo”, sentenció.

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