Es necesario actualizar la tabla de enfermedades laborales, contenida en el artículo 513 de la Ley Federal del Trabajo; implementar políticas de prevención de daños a la salud y crear el Sistema Nacional de Información de Accidentes y Enfermedades de Trabajo.

Así se manifestó durante el foro La Salud de los Trabajadores en México en el Siglo XXI, organizado por la Comisión de Trabajo y Previsión Social, que preside el diputado Tomás del Toro del Villar (PAN), quien indicó que se requieren normas jurídicas que contribuyan a reforzar las facultades de carácter preventivo, fiscalizador y de inspección de las autoridades.

Mencionó que en un año (2005), el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) subsidió 11 millones de días por riesgo de trabajo; del total de enfermedades y accidentes de trabajo, 43.2 fueron trastornos del oído y sordera traumática, mientras que las afectaciones respiratorias representaron el 43.7 por ciento.

En su oportunidad, Valentina Forastieri, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), señaló que por accidentes y enfermedades en el trabajo, anualmente mueren dos millones de personas en el mundo y las pérdidas económicas ascienden al cuatro por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial.

Indicó que en América Latina la situación es más grave, pues “a la OIT le reportan poco más de dos mil accidentes mortales al año pero en realidad, según nuestras estimaciones, llegarían a 40 mil fatalidades y 30 mil accidentes con lesión; la tasa de siniestralidad de accidentes es de 11 por ciento y no tenemos datos confiables sobre enfermedades del trabajo”.

Añadió que el PIB que pierde esta región es de 10 por ciento, “aunque hay países donde alcanza hasta el 14 por ciento por atender los daños”.

Advirtió que están surgiendo nuevas enfermedades del trabajo para la cuales no se conoce la etiología ni la manera de abordarlas.

Mencionó que los problemas de salud mental en el trabajo no han recibido la suficiente atención y se han manejado como problemas individuales. Dijo que como consecuencia de la incertidumbre en el trabajo y las formas de contratación precarias, ha habido un incremento del alcoholismo, drogadicción, conflicto social y violencia en el trabajo.

Posteriormente, Raúl Chavarría Salas, de la Comisión Federal de Prevención de Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) se pronunció por desarrollar las políticas públicas en materia de protección de la salud de los trabajadores.

Explicó que los cambios científicos y tecnológicos impactan los procesos productivos de manera que, a los riesgos tradicionales, se suman otros cuyo conocimiento y control reclaman nuevas metodologías, lo que hace insuficiente el marco jurídico actual.

En su oportunidad, la doctora Gerry Eijkemans, de la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud reconoció que México tiene una amplia cobertura de trabajadores en materia de seguridad social.

“Pero, como todos los países de la región, también tiene un problema con el sector informal, con los trabajadores de agricultura y empleados de pequeñas empresas que no están incluidos en el tema de salud ocupacional”.

Lo ideal, dijo, es que tengan un paquete mínimo de prevención en su lugar de trabajo, en una empresa chica, mediana o grande, así como quienes se dedican a trabajar en el hogar.

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