México ha legislado sobre el tema de culto, pero se tiene que trabajar hacia una verdadera libertad religiosa, dijo la diputada Omeheira López Reyna (PAN), presidenta de la Comisión de Derechos Humanos.

Al inaugurar el coloquio Libertad religiosa: prioridad de un derecho humano, la legisladora agregó “la laicidad del Estado significa mucho más que la separación entre éste y la Iglesia: implica el reconocimiento a la libertad de conciencia, su práctica individual y colectiva”.

Añadió que actualmente hay una creciente diversidad religiosa y moral y que debido a esto el Estado tiene desafíos crecientes en el respeto a la pluralidad de convicciones religiosas, ateas, agnósticas, filosóficas, así como la obligación de favorecer la deliberación democrática y pacífica.

“El Estado democrático tiene la obligación de velar por el equilibrio entre los principios esenciales que favorecen el respeto a la diversidad y la integridad de los ciudadanos”, señaló.

López Reyna expresó que la separación entre el Estado y la Iglesia es avance en la materia, pero que la
laicidad implica el reconocimiento de los derechos de los ciudadanos a su libre elección en materia de religión y convicción.

Significa, puntualizó la diputada, “el respeto por parte del Estado dentro de los límites de orden democrático a las libertades fundamentales de los ciudadanos”.

Por su parte, Ricardo Hernández Forcada, director del Programa de VIH-Sida de la CNDH, explicó que la laicidad es una forma de legitimación del poder público, no a partir de instancias espirituales o ultra terrenas, sino del propio pueblo.

El Estado moderno respeta la autonomía de los grupos religiosos imponiéndoles sólo límites del interés público, de integridad y salud de sus adherentes y el respeto a terceros.

“No tiene opinión sobre asuntos religiosos solamente establece las condiciones que hacen posible el ejercicio de la libertad religiosa”, destacó.

Agregó que en materia educativa, la laicidad del Estado supone respetar las diversas creencias y no tomar partido por posiciones ajenas al orden científico.

A su vez, el licenciado Jesús Maine Libien, representante de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), dijo que en el estado constitucional es indispensable asegurar que cuestiones vinculadas con las creencias no sigan siendo causa de conflictos.

La libertad religiosa se convirtió en el valor tutelar más importante que protegieron las principales declaraciones de derechos; la tolerancia, por lo tanto, es un cimiento de todo el edifico constitucional, expresó.

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