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Boletín N°. 3551 Pueden padecer amibiasis 30 millones de mexicanos

Las enfermedades provocadas por infecciones intestinales producen 13 millones de defunciones al año en el Mundo, de ellas, una de cada dos ocurre en países en desarrollo; más de la mitad de la incidencia se da en niños menores de 5 años y el resto en adultos jóvenes, quienes son responsables únicos de la manutención de su familia y de sus padres, según la OMS.
Las parasitosis intestinales son causa de morbilidad y mortalidad, principalmente en la población infantil. Se calcula que alrededor de 3 mil 500 millones de personas en el mundo están parasitados y aproximadamente 450 millones padecen alguna enfermedad por este motivo.
El diputado Ariel Castillo Nájera (Nueva Alianza) mencionó que de acuerdo a especialistas del IMSS, 30 millones de mexicanos pueden llegar a padecer amibiasis. La diarrea, pérdida de sangre, la capacidad menguada de trabajo y la reducida tasa de crecimiento constituyen importantes problemas sanitarios y sociales provocados por este tipo de infecciones parasitarias.
Estos datos alertan sobre una crisis de proporción mundial provocada por las enfermedades infecciosas, que amenaza los avances logrados en décadas anteriores tanto en salud como en esperanza de vida en nuestro país, advierte.
En la exposición de motivos de una iniciativa que se remitió a la Comisión de Salud el legislador destaca que para que la población y las autoridades estén conscientes de la problemática, es necesario que exista en la Ley General de Salud la disposición explícita de la desparasitación de la población. Para ello propuso reformar y adicionan los artículos 3, 61, 64, 66, 139 y 144 de la Ley General de Salud.
Refiere que en México las parasitosis intestinales son la quinta causa de consulta en el Instituto Mexicano del Seguro Social, y que la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud reporta dentro de las 20 principales fuentes de morbilidad general a cuatro diferentes tipos de helmintiasis.
“Lo anterior nos muestra que las enfermedades producidas por parásitos ocasionan diversas afecciones en la salud de las personas, que de no ser atendidas pueden llegar a ser graves y afectar el desarrollo físico y cognitivo de quienes las padecen. Una de las formas más exitosas mediante la cual podemos combatir dichos padecimientos es con una desparasitación oportuna”.
Sin embargo, no está en el imaginario colectivo la necesidad de realizar de manera sistemática y consistente las desparasitaciones que los seres humanos requieren para prevenir estos padecimientos. La mayoría de las personas no practican ningún proceso de desparasitación durante muchos años y en ocasiones nunca, señala.
Castillo Nájera subraya que esta situación provoca que una buena parte de los ciudadanos, en especial los niños y adolescentes, permanezcan expuestos a contraer enfermedades por vía de la adquisición de parásitos que afecten seriamente su salud y su vida.
“Por ello es necesario que en la Ley General de Salud, se establezca una disposición que obligue al Estado a definir y aplicar a los habitantes los protocolos de desparasitación procedentes”.
Precisa que la prevalencia de las infecciones intestinales está vinculada directamente a condiciones socioeconómicas. En zonas altamente marginadas, la defecación al aire libre por carencia de letrinas, suministro de agua potable y de hábitos de higiene, crean un ambiente propicio para las parasitosis transmitidas por el suelo, situación que se agrava por la desnutrición.
La contaminación de ríos y depósitos de agua para uso humano constituye el factor de riesgo más importante, aunque la transmisión de persona a persona también favorece la infección. La utilización de aguas negras para riego de frutas y hortalizas es otra de las actividades que participa en la transmisión de la infección, enfatiza.

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