• Inauguró la mesa redonda Vigencia Constitucional y la Vida Democrática
• La organizó el Comité del Centro de Estudios de Derecho e Investigaciones Parlamentarias

Al inaugurar los trabajos de la mesa redonda Vigencia Constitucional y la Vida Democrática, organizada por el Comité del Centro de Estudios de Derecho e Investigaciones Parlamentarias, el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, César Duarte Jáquez, destacó que en 92 años se han reformado 98 de los 136 artículos de la Carta Magna y en algunos casos, reconoció, han sido modificaciones vergonzosas que han desacreditado el origen de la misma.

El diputado federal hizo un reconocimiento a los constituyentes de 1917, “quienes nos dieron la Carta Magna y que nosotros hemos logrado, a través del tiempo y de los espacios de la responsabilidad de las legislaturas, transformarla y evolucionarla”.

Resaltó que el origen de la Constitución es el resultado de una lucha armada; de una transformación de las Leyes de Reforma de 1857 y sin embargo el resultado se reflejó después de un gran acuerdo nacional.

Duarte Jáquez mencionó que ese ejemplo se ha trasladado a la vida moderna del país, en la que, a través de las instituciones, “hemos podido dirimir nuestras diferencias, competir políticamente, además de crear instituciones que garantizan la transparencia de los procesos electorales y la evolución de nuestra sociedad”.

Dijo que hoy, a diferencia de hace 92 años, la crisis económica y la inseguridad son nuevos retos para el Congreso de la Unión. “Son temas fundamentales que hoy ocupan las agendas de trabajo de todos los grupos parlamentarios”.

En su participación, Francisco Venegas Trejo, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México, argumentó que el Estado es la organización política que una sociedad crea para que a través de éste se consiga un desarrollo óptimo dentro de la vida de sus integrantes, priorizando la paz y la seguridad.

Abundó que el Estado sólo puede cumplir dicha misión cuando aplica las leyes establecidas por el derecho, sólo así se aspira a garantizar el bienestar de sus representados; “vivir con seguridad de recibir un trato igualdad respecto de los demás; disfrutar de libertad y de respeto a los bienes, derechos y familia”.

El Estado, continuó, se construye por un acuerdo soberano; ese acuerdo es un pacto, es un contrato tácito en su principio, pero es explícito al ser firmado, ese pacto es comprometedor, es compuesto de normas vinculantes y obligatorias y se expide porque el pueblo lo demanda.

En tanto, el presidente del Comité del Centro de Estudios de Derecho e Investigaciones Parlamentarias, Alfredo Ríos Camarena, dijo que la Constitución se encuentra vinculada a las garantias sociales, mismas que son fundamentales para crear un modelo propio de desarrollo.

En este sentido, el legislador subrayó: “nuestra Constitución la vemos como una aspiración que no se ha cumplido, que estamos muy lejos de ella”.

Ríos Camarena enfatizó que tenemos “un país pobre, deficiente, inconforme, con una enorme pobreza y una gran inseguridad y no lo vamos a resolver en el Congreso, este es un problema mucho más profundo, no es un problema de los diputados y senadores, sino del pueblo de México”.
La Constitución no obedece a las leyes del mercado ni a la oferta y la demanda. Tenemos elementos suficientes que describen el Estado social de derecho mexicano. “Ahí debemos de voltear en este momento. Si no tenemos la capacidad de reconstituir nuestro modelo de Estado social, entonces vamos a ir a un fracaso brutal”.

A su vez, el diputado Juan Nicasio Guerra Ochoa (PRD) señaló que una Constitución es un gran pacto que se da en un país para resolver sus controversias y sus contradicciones en la civilidad, por medio de las leyes y de las instituciones.

En la historia, dijo, la Carta Magna demostró que para tener vigencia y seguir jugando el papel de un gran acuerdo, se requieren modificaciones que plasmen los nuevos consensos y acepten las nuevas circunstancias en que se desenvuelve la sociedad.

En la actualidad, añadió, la Constitución requiere nuevas adecuaciones, de ahí que en el Congreso y con la Ley de la Reforma del Estado, se lograron consensos en temas como el federalista, el social de derechos humanos, “pero lo malo es que éstos no han sido reconocidos plenamente”.

En este sentido, Guerra Ochoa recordó que el tema económico no fue debatido durante el proceso de la Reforma del Estado, mismo que ahora necesita modificaciones porque no hay una planeación de la economía nacional.

A su vez, el maestro Homero González Galindo puntualizó que un primer problema de la Constitución es el lingüístico. “Se cree que es un ente ideal, que habla de principios y cosas que rigen a una sociedad, y se han olvidado del leguaje, pues éste comunica lo que el Estado le garantiza y ofrece al gobernado”.

Se pronunció por detener la “reformitis” que afectan tanto a México, y llevar a cabo un profundo estudio de las inconsistencias del leguaje constitucional y crear un tribunal constitucional que revise la constitucionalidad de las reformas legales previas a la discusión.

Precisó que la figura de vicepresidencia incluida en la Carta Magna tiene una gran carga histórica, “porque en México el vicepresidente manda a matar al presidente”, mientras que el arraigo vulnera garantías, al haber sido el mecanismo de la inquisición.

En ocasiones, añadió, a la Constitución se le ve como un plan de gobierno, por lo que debe de evitarse que se adapte a ése. “Ya tenemos varios presidentes que condicionan a la población a que funcione su gobierno, siempre y cuando se modifique la Carta Magna”.

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