La Unión Europea reconoció en México a un socio valioso para avanzar en la reforma del sistema financiero internacional, con lo cual da un nuevo ímpetu a las relaciones bilaterales y favorecerá una ampliación y mejora de los programas de cooperación, como el de Apoyo a las Pequeñas y Medianas Empresas.

El diputado Gerardo Buganza Salmerón, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, informó que el Comité de Relaciones Exteriores del Parlamento Europeo votó, sin oposición, el dictamen de conformidad con la decisión del Consejo Europeo, de octubre del 2008, para reconocer a México como socio estratégico e hizo recomendaciones para su mejor desarrollo futuro.

Añadió que este suceso acerca más a nuestro país como uno de los interlocutores políticos privilegiados, socio económico y destino de inversiones y turismo de la Unión Europea (UE).

José Ignacio Salafranca Sánchez-Neyra, de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo, entre sus recomendaciones destinadas al Consejo Europeo señaló que espera que esta asociación estratégica suponga un salto cualitativo en las relaciones entre México y la UE, a nivel multilateral sobre asuntos de importancia mundial y que fortalezca el desarrollo de las relaciones bilaterales.

Confía en que dicha asociación estratégica permita reforzar la coordinación de posiciones sobre situaciones de crisis y asuntos de importancia mundial, sobre la base de los intereses y preocupaciones mutuas.

Subraya la necesidad de que sea un instrumento que refuerce la cooperación entre ambas partes en foros internacionales, tales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la OCDE, el G-20 y el G-8 y G-5 para buscar soluciones a la crisis financiera mundial.

Destaca la importancia de que se identifiquen coincidencias para elaborar una estrategia ambiciosa de lucha contra el cambio climático, con vistas a la conferencia de las Naciones Unidas que se celebrará en 2009, en Copenhague.

Propone que en el contexto de la nueva asociación estratégica se institucionalicen cumbres anuales Unión Europea-México, con el mismo formato que las que se realicen con Estados Unidos, China, Rusia y Brasil. Esta institucionalización de las cumbres tiene que hacerse sin perjuicio de los mecanismos de diálogo ya vigente dentro del marco del Acuerdo Global.

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