Al conmemorar el LXXI Aniversario de la Expropiación Petrolera, diputados señalaron la importancia que tiene fortalecer a Petróleos Mexicanos al representar una significativa fuente de ingresos para el país, y se manifestaron por defender la soberanía de México sobre su petróleo.

Mencionaron que la expropiación representó un evento de reivindicación nacional que le permitió al país tener el control directo de la riqueza petrolera para utilizarla en obra pública, transportes, salud y educación.

De Acción Nacional, el diputado Fabián Fernando Montes Sánchez dijo que hoy que se conmemora un aniversario más de la expropiación petrolera, es necesario rescatar a la empresa con el propósito de otorgarle a la sociedad un mejor futuro.

“Este aniversario nos obliga a hacer una reflexión sobre los rendimientos de la industria, pues encontramos que en las próximas décadas, la misma puede desaparecer y con ella su conmemoración si no es que se toman nuevas medidas para revitalizarla, no sólo en términos económicos, sino de tipo social”.

Resaltó que si bien la nueva legislación energética permite una mayor transparencia y control en su operación, en sus finanzas y en sus contrataciones, ello no resulta suficiente para acelerar el ritmo de crecimiento de Pemex, ante un contexto de crisis financiera internacional.

Se pronunció por darle un impulso al desarrollo de tecnologías que permitan ahorrar energía derivada del petrolero y, por otro lado, hagan mayormente aprovechables fuentes inagotables, tales como la luz solar, la fuerza de los vientos, las mareas, las energías técnicas, las de subsuelo y las que pueden obtenerse de hidrógeno en materias primas.

El legislador Erick López Barriga (PRD) señaló que Pemex ha superado todos los intentos privatizadores y se mantiene hoy como patrimonio de todos los mexicanos. “El país necesita claridad y certidumbre en el sector. Requerimos mayor transparencia, menos manipulación política de la empresa, sacar los intereses personales y acabar con cualquier tipo de desaseo en su manejo”.

Manifestó que su grupo parlamentario impulsará todo aquello que fortalezca a la nación, que represente los intereses de la mayoría de los mexicanos y que no ponga en riesgo la riqueza nacional. “Aquella expropiación de 1938, la expropiación que unió a los mexicanos, debe continuar fortaleciendo al país, adecuarse a los nuevos esquemas mundiales, modernizarse y transformarse de cara a los retos que enfrenta hoy México”.

Se requieren, dijo, decisiones políticas claras y firmes; mayor inversión en el país y desarrollo de nuevas tecnologías alternativas para la generación de energía; responsables con el medio ambiente, sustentables, accesibles y de largo plazo.

Hay que superar la corrupción, la manipulación y la opacidad que han mermado la fortaleza de la industria petrolera mexicana, “por ello, urgimos al Gobierno a que sea éste quien soporte el crecimiento de Pemex y no como lo ha sido hasta ahora: que Pemex siga siendo la más socorrida fuente de ingresos del Estado siempre a costa de su propio desarrollo”.

Por el PRI, Mariano González Zarur (PRI) expresó que hoy los ciudadanos, y muy en particular los trabajadores petroleros, recuerdan con cariño y veneran la memoria de Lázaro Cárdenas, al ser partícipe de la expropiación petrolera, aun cuando algunos sectores pretenden convertir la conmemoración de esta gesta en sólo anécdota de lo que es una historia plena de significado, con el obvio propósito de borrar el nombre de Lázaro Cárdenas de la lista cívico onomástica.

“Sepan que es vano el intento, porque mientras exista un trabajador, un ciudadano que recuerde que nuestro petróleo, administrado y explotado por los mexicanos, ha representado bienestar y desarrollo, el nombre de Lázaro Cárdenas del Río estará presente en nuestra historia”.

Recordó que hace unos meses fue necesario anteponer valores y decisiones soberanas para mantener intacto el legado histórico de Lázaro Cárdenas del Río impidiendo prosperar ideas privatizadoras que nos regresaban a ese indigno pasado.

“No podemos permitir, ni hoy ni mañana, que se trastoque el interés nacional por ideologías globalizadoras e intereses particulares, conservando, preservando, modernizando y eficientando el recurso energético, en beneficio de todos los mexicanos”.

El diputado Cuauhtémoc Velasco Oliva (Convergencia) mencionó que al celebrar un año más del aniversario de la expropiación petrolera, se está obligado a hacer un recuento del estado que guarda esta industria y cuáles son sus principales retos. “Los afanes privatizadores continúan, y el saqueo de que es víctima Pemex continúa por la corrupción imperante”.

Se buscará, dijo, que lamentables sucesos de impunidad en la paraestatal no pasen a engrosar la larga lista de casos y se luchará para que la transparencia y la rendición de cuentas sean los instrumentos para evitar la corrupción, así como combatir la opacidad.

Convergencia, abundó, seguirá defendiendo la soberanía de México sobre su petróleo y pugnará invariablemente porque éste se maneje con base en el interés nacional y no de grupos corporativos y empresariales que lo aprovechan para su beneficio personal. “Pemex debe, sin más motivos, servir a los mexicanos”.

A su vez, el legislador José Antonio Arévalo González (PVEM) expresó que la expropiación fue ejemplo de liderazgo que permitió a la nación tener el control directo de la riqueza petrolera para utilizarla en obra pública, transportes, salud y educación.

Destacó que el enfoque de la industria petrolera como motor económico primordial, obstaculizó el desarrollo de otras actividades productivas principalmente las agropecuarias, y como fuente de energía ha provocado que la fuente energética no esté diversificada, que la electricidad provenga de combustibles fósiles y que el transporte use gasolinas caras y altamente contaminantes.

“Exhortamos a todos los legisladores a que en el contexto del 71 aniversario de la expropiación petrolera seamos visionarios; es una perspectiva amplia para analizar la realidad actual en materia energética y buscar soluciones para superar la crisis energética, económica y climática”.

La diputada Rosa Elia Romero Guzmán (PT) señaló que desde su expropiación hasta 1982 la renta petrolera que se obtuvo por la explotación del recurso natural sirvió para crear infraestructura en comunicaciones y transportes, sistemas de irrigación, construcción de escuelas y hospitales, gasolinas, diesel y gas.

Dijo que con el arribo de la tecnocracia neoliberal al poder, el petróleo fue utilizado para pagar el enorme endeudamiento del país, y para darle a la política petrolera una orientación neoliberal enfocada a presentar a Pemex como una empresa ineficiente, corrupta y monopólica, “lo cual representaba un obstáculo para el desarrollo nacional”.

La mejor manera de celebrar los 71 años de la expropiación de la industria petrolera, enfatizó, “es conformar una mayoría de izquierda en el Congreso de la Unión para que se constituya en una muralla que evite cualquier intento de privatización”.

Por Nueva Alianza, Humberto Dávila Esquivel mencionó que la expropiación representó un evento de reivindicación nacional, pues a partir de la disposición del petróleo en México pudo emprenderse un intenso proceso de industrialización. “El país se transformó, cambió la fisonomía de su sociedad y la esperanza de mejores niveles de vida se hizo realidad”.

El petróleo, puntualizó, simboliza las luchas por la soberanía y vocación inquebrantable de ser una nación independiente; su industria es de carácter estratégico, y por lo tanto, pública, pero hoy enfrenta el desafío de transformarse para continuar siendo uno de los pilares del desarrollo de la nación.

“Hoy, a más de siete décadas de este acto de autonomía, tenemos que darle a la expropiación un nuevo sentido; estamos claros que México tiene el reto de conciliar y concertar las diversas posiciones para hacer que la empresa se mantenga en manos de la Nación, y al mismo tiempo, crezca y siga siendo el sustento energético y el sostén del desarrollo del país”.

El diputado Santiago Gustavo Pedro Cortés (Socialdemócrata) cuestionó por qué si México es el sexto productor en el mundo de petróleo se tiene que importar más del 40 por ciento de la gasolina que se consume, el 25 por ciento de gas natural y millones de dólares en productos petroquímicos.

La situación de Pemex y de esta industria, enfatizó, “es resultado del fracaso del neoliberalismo pervertido que busca proteger a pequeños grupos de poder económico en detrimento del patrimonio nacional; así los recursos generados por la industria petrolera han sido utilizados para eludir una reforma fiscal progresiva que afecte los intereses de las grandes empresas privadas”.

Desde hace 25 años, indicó, no se construye una nueva refinería y por eso se importan en promedio 350 mil barriles diarios de gasolina, de esta manera, desde 1983, en vez de modernizar la industria petrolera y convertirla en palanca de desarrollo nacional, “todos los gobiernos neoliberales han optado por arruinarla y tener el pretexto para venderla y convertirla en un negocio privado”.
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