En México, de acuerdo con la Secretaría de Gobernación están registradas seis mil 652 asociaciones religiosas, en su mayoría, son católicas, apostólicas y romanas (3 mil 48), pentecostés (mil 774) y bautistas (mil 608).

De esa cifra total, algunas de ellas, entre sus creencias se encuentran la prohibición para rendirle honores a la Bandera y cantar el Himno Nacional.

Por ello, la diputada Martha Angélica Romo Jiménez (PAN) presentará una proposición para que las Secretarías de Gobernación y de Educación Pública exhorten a las iglesias, sectas o cultos del país a seguir lo dispuesto en la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público en materia de rendición de honores a los símbolos patrios.

La secretaria de la Comisión de Turismo, puntualiza que en muchas escuelas de la República se presentan casos en donde los alumnos de otras religiones quedan pasivos dentro de la rendición de honores, lo que provocaba que los maestros sancionaran a los alumnos en sus calificaciones.

Indica que en festividades cívicas o ceremonias oficiales en que esté presente la Bandera Nacional deben rendirse los honores que le corresponden en los términos previstos por la ley y el saludo civil simultáneo de todos los presentes, sin distinción de clase social, edad, religión, partido político, sexo, y por el simple hecho de ser mexicano.

En el documento publicado en la Gaceta Parlamentaria, se menciona que en lo que respecta al tema de religiones y símbolos patrios, como lo prevé la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público en su artículo 1, se dice que “las convicciones religiosas no eximen en ningún caso del cumplimiento de las leyes del país. Nadie podrá alegar motivos religiosos para evadir las responsabilidades y obligaciones prescritas en las leyes”.

Menciona que por el simple hecho de ser mexicano se tiene la obligación de respetar y honrar a la Bandera, el Escudo e Himno Nacional, sin importar la creencia, ello, tal y como lo establece la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacional.

Ante ello, la diputada, precisa que se necesita una vigilancia más estricta por parte de las autoridades y una disposición mayor de los líderes religiosos para que independientemente de sus creencias se honren los símbolos patrios de acuerdo con las leyes que rigen al país.

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