Los efectos de la crisis financiera internacional se han profundizado en las economías emergentes y por consecuencia el crecimiento económico y la generación de empleos se frenaron en países como México, señaló el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados.

Refiere el Centro que la disminución de la actividad económica de Estados Unidos tendrá una inmediata repercusión hacia la economía mexicana, derivado del estrecho vínculo que existe entre ambos países. Para el cuarto trimestre de 2008, la caída en el PIB nacional fue del 1.6 por ciento y se estima que para 2009, el crecimiento de México será menor que cero, es decir, no habrá crecimiento económico.

“Se espera que, en conjunto, las economías avanzadas presenten una contracción económica del orden del 0.3 por ciento para 2009; en Estados Unidos, la expectativa es de una caída de alrededor del 0.7 por ciento, provocando una elevación en su tasa de desempleo y afectando con ello el envío de remesas a nuestro país”, subraya el CEFP.

Para enero de 2009, el monto de remesas que los trabajadores migrantes mexicanos enviaron al país ascendió a los 1,571.7 millones de dólares, es decir, 11.8 por ciento menos que en el mismo mes del año anterior, ejemplifica.

En cuanto al empleo, de acuerdo a datos del IMSS, el número de trabajadores, tanto eventuales como permanentes, fue para enero de 2009 de 13 millones 934 mil 430, lo que representa una disminución en el número de trabajadores de alrededor del uno por ciento respecto a diciembre de 2008.

Sin embargo, cabe destacar que de octubre de 2008 a febrero del presente año la pérdida en el número de empleos que registra el IMSS es de 598 mil 587, una disminución de afiliados de 4.1 por ciento.

En el documento Lecciones de la Crisis Financiera Estadounidense, se menciona que como consecuencia del menor crecimiento de las economías desarrolladas y especialmente de Estados Unidos, en el último trimestre de 2008 las exportaciones mexicanas presentaron una caída del 13.7 por ciento con respecto al mismo período del año anterior.

Asimismo, la menor entrada de divisas, aunada a una mayor inflación y las expectativas de una más prolongada recesión de la economía estadounidense presionan el tipo de cambio. En cinco meses, el peso mexicano había registrado una devaluación frente al dólar de 44.8 por ciento (el 4 de agosto de 2008 se situó en un nivel de 9.8 pesos por dólar, mientras que para el 15 de enero de 2009 la paridad era ya de 14.3 pesos por dólar).

En este sentido, el Banco de México se ha visto en la necesidad de intervenir en el mercado cambiario para evitar que la caída en el valor del peso sea tan pronunciada; en lo que va del año el monto de reservas internacionales ha disminuido en 4,822 millones de dólares, es decir, cerca del 5.6 por ciento con respecto a diciembre de 2008.

Enfatiza el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas que las economías emergentes, que dependan de fuentes externas para financiar su déficit de cuenta corriente, o cuya expansión haya estado basada en créditos provenientes de bancos extranjeros, resultarán las más afectadas por la crisis financiera.

“La posibilidad de obtener financiamiento externo a costos razonables puede verse limitada tanto por la restricción en la liquidez de las instituciones financieras externas, como por la percepción que éstas tengan del desempeño de las economías emergentes”.

El ajuste en los precios relativos y en los tipos de cambio también ha perturbado la vulnerabilidad y la volatilidad en la región. Tanto México, como Brasil, Argentina y Chile han visto caer el valor de su moneda en cerca del 40 por ciento de 2008 a 2009 en promedio (a diciembre de 2008).

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