La baja calidad educativa y un marco legal que no favorece la innovación y el comercio son factores que propiciaron los mínimos índices de competitividad de México, por lo que es necesario invertir en ciencia e investigación y garantizar la propiedad intelectual, resaltaron diputados y especialistas.

En el simposio La Innovación como instrumento para fomentar la competitividad, el presidente de la Comisión de Economía, Ildefonso Guajardo Villarreal, advirtió que si no se transforma el sistema educativo y se generan las condiciones apropiadas será muy difícil que se consolide una política de innovación y que México sea competitivo internacionalmente.

“Si no cambiamos las reglas del juego, que permitan incentivar y promover el talento”, difícilmente se conseguirá este objetivo. Hoy los mecanismos y el marco reglamentario institucional incentiva más a los agentes económicos a buscar la concentración de rentas a través de prácticas monopólicas que a generar valor agregado”, enfatizó.

Este también es uno de los grandes retos para fomentar el crecimiento económico que es responsabilidad tanto del Poder Legislativo como del Ejecutivo, agregó.

“No hay excusas, tenemos el tamaño de la economía suficiente para promover la competitividad que está determinada, fundamentalmente, por el talento. La dinámica internacional nos está rebasando y tenemos que hacer algo pronto y a tiempo”, enfatizó.

El legislador propuso crear una Comisión Especial de Competitividad, a fin de facilitar “cambios radicales” hacendarios, fiscales y educativos en la materia.

En tanto, el diputado Julián Francisco Velázquez y Llorente, presidente de la Comisión de Salud, advirtió que este sector puede ser un motor de la economía pero advirtió que el conocimiento que se produce sin destino, tarde o temprano se revierte contra su creador.

“La ciencia que no tiene como fundamento el respeto a la dignidad, la naturaleza y la vida es muy cuestionable porque habrá perdido en la loca carrera de las ganancias ilimitadas y el poder omnímodo para sojuzgar a los demás”, subrayó.

En el evento, la subsecretaria de Industria y Comercio de la Secretaría de Economía, Lorenza Martínez Trigueros, señaló que en las siguientes tres décadas disminuirá el número de personas económicamente dependientes y que junto con la mano de obra, son grandes ventajas para México”.

Esto no es suficiente para crecer económicamente, añadió. “Tenemos que vincularnos más a los mercados asiáticos, desarrollar nuevo sectores, implementar una política de innovación e inversión en capital humano, fortalecer el mercado interno y facilitar el comercio externo e interno”, agregó.

Especificó que la innovación contribuye en 30 por ciento a la economía y en esta materia nuestro país está rezagado, por lo que se requiere de un sistema que conjunte agentes, instituciones y prácticas vinculadas para desarrollar una política nacional de largo plazo en la materia.

En este sentido, dijo, se requiere identificar los requerimientos del capital humano generado por las empresas, elevar la calidad de la educación básica y técnica, marco normativo que favorezca la innovación y medir el impacto de las acciones implementadas.

Roberto Newell, director general de Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) enfatizó que es indispensable “llevar a los mexicanos de una educación promedio de 8 años, con niveles de calidad infamemente bajos, a niveles de 15 años y con mayor calidad educativa”.

“El problema no parece estar en las personas, sino en las instituciones y las condiciones en las que se trabaja”. Es necesario reestructurar el sistema educativo, fomentar la inmigración de científicos que complementen nuestras capacidades, invertir en ciencia e investigación, garantizar la propiedad intelectual y combatir la piratería”.
“La agenda es amplia, ambiciosa, pero como el motor económico es el conocimiento y el talento, si no hacemos esto, estamos condenados a crecer como lo hacen los países de bajo talento, nada más con base en el esfuerzo y la multiplicación de horas de trabajo”, advirtió.

Señaló que el poco crecimiento de nuestro país deriva de la acumulación de activos y no de la aplicación de la inteligencia a la productividad, ya que aún no adopta el uso de tecnologías que están disponibles desde hace 10 años; esta resistencia a la tecnologización de la economía es parte de lo que explica el problema.
El evento fue organizado por las Comisiones de Salud, de Economía y de Ciencia y Tecnología.

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