El cáncer cervicouterino cada año cobra la vida a 4 mil 100 mujeres que habitan en áreas rurales y marginadas, por ello es necesario incluir en el esquema nacional la aplicación de la vacuna contra el virus del papiloma humano, señaló la presidenta de la Comisión del Distrito Federal, diputada Gabriela Cuevas Barrón (PAN).

A través de un punto de acuerdo, la legisladora dijo que la infección por ciertos tipos de Virus del Papiloma Humano (VPH) es la principal causa de cáncer cervical, el cual afecta en todo el mundo a casi 500 mil mujeres anualmente y cobra más de 250 mil vidas.

Comentó que la mayoría de los infectados no presentan síntomas, lo cual conlleva a que alguien pueda tener el VPH aun cuando hayan transcurrido años desde el contagio. “Al menos 50 por ciento de las personas que han tenido experiencias sexuales tendrán el virus en algún momento”.

Refirió que en México, alrededor de 30 por ciento de las mujeres en edad reproductiva han presentado alguna infección de este tipo, dando lugar al cáncer cervicouterino, neoplasia que se ubica en los primeros lugares de mortalidad por cáncer de este grupo poblacional.

Por ello, a fin de llevar la lucha contra el cáncer cervicouterino para disminuir la incidencia de este padecimiento, propuso exhortar a la Secretaría de Salud para incluir en el esquema nacional la aplicación de la vacuna contra este virus y suministrarla a las mexicanas de entre 9 y 55 años de edad, con el objetivo de disminuir la incidencia en virus del papiloma humano.

Aseguró que la vacunación generalizada puede disminuir la necesidad de atención médica, biopsias y procedimientos agresivos asociados con el seguimiento de pruebas anormales de papanicolaou, lo que ayudaría a reducir los costos de atención médica.

Agregó: “esto significaría la fuerte carga económica que representaría para el gobierno la aplicación de las vacunas a manera de prevención, se reflejaría claramente en la disminución o erradicación de la enfermedad”.

Puntualizó que de acuerdo con investigaciones si la vacuna fuera aplicada a la mayoría de las mujeres, en 20 años se estaría hablando del cáncer cervicouterino como un problema ajeno, erradicándolo casi en su totalidad, y dejaría de enunciarse como uno de los cánceres que más muertes causa en el país.

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