Al inaugurar el foro de consulta “Ingeniería Genética de Organismos Genéticamente Modificables”, el presidente de la Comisión de Agricultura y Ganadería, diputado Cruz López Aguilar (PRI), dijo que uno de los objetivos de este evento es conjugar los intereses de los productores y acercarlos con los investigadores, ya que se trata de un tema controvertido.

No se ha resuelto el dilema de conciliar los intereses de los productores rurales y campesinos con el aprovechamiento racional de los recursos naturales, la alimentación del pueblo y la bioseguridad de los organismos genéticamente modificados, subrayó.

Por ello, invitó a los investigadores, productores, campesinos y a los custodios de las razas, semillas criollas especializadas y productos orgánicos a unirse con el objeto de dar una orientación clara a la investigación en este tema.

Estamos interesados en respaldar los bancos de germoplasma, colectas de germoplasma, programas maestros y proponer su integración a la estructura programática y a los presupuestos del Programa Nacional Concurrente, agregó.

Consideró que es necesario razonar sobre las aportaciones de la tecnología al rendimiento, producción y el ingreso de los productores rurales y campesinos.

En este sentido, sostuvo que resulta fundamental darle mayor prioridad a la investigación, experimentación, transferencia de tecnología, educación agrícola superior y la indispensable vinculación con los productores rurales y sus organizaciones.

Por su parte, el diputado Héctor Velasco Monroy (PRI), presidente del Comité del Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria, informó que en el país se han autorizado ya 431 permisos para 23 cultivos genéticamente modificables, entre los que se encuentran el algodón, soya, tomate calabacita, trigo, melón y, experimentalmente, el maíz.

El objetivo de este foro es ofrecer desde el Congreso de la Unión un espacio idóneo para saber la información científica existente y de las diversas posturas de los sectores involucrados en este importante y polémico tema.

El resultado de estas decisiones serán de un debate profundo entre todos los sectores involucrados, que sea con plena intervención y conocimiento de esta Cámara de Diputados y que no representen riesgos para la salud y la biodiversidad, dijo.

Pidió que se garantice la conservación de los centros de origen y que sea respetada la ley vigente autorizada por esta Cámara.

Confiamos en que éste sea un aporte estratégico en la toma de decisiones públicas sobre el cultivo de los llamados transgénicos porque México necesita respuestas más que motivos de confrontaciones sociales, añadió.

Más adelante, durante las conferencias magistrales, José Sarukhán Kérmez, coordinador nacional de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, señaló que en México se necesitan diversas formas de producción agrícola para cada una de las regiones del país.

Dijo que el maíz transgénico puede jugar un papel, pero lo que no puede hacer es cubrir toda el área de producción, “el uso de esta tecnología se debe de hacer con cuidado, conocimiento y responsabilidad”.

Expresó que se necesitan recursos y capacidad para que las instituciones universitarias y de investigación del país hagan el trabajo y generen información en este sentido. “Se necesita generar las mejores decisiones con relación al uso y protección de los recursos genéticos y de las especies familiares de los cultivos”.

En tanto, el director del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad, del Centro de Investigación y Estudios Avanzados- IPN, Luis Herrera Estrella, afirmó que se está creando un monopolio
en la producción y venta de semillas genéticamente modificables.

“Hay pocas empresas multinacionales que están dominando la producción de semillas transgénicas en gran parte ayudadas por las crecientes restricciones y el costo de poder aprobar un producto a nivel comercial”.

Mencionó que los transgénicos no van a resolver el hambre del mundo, “una tecnología sola no puede resolver el problema, puede ayudar junto con los programas de mejoramiento genético tradicionales, porque esta tecnología no está en contra de los programas de mejoramiento tradicional, sino es una herramienta más para que estos programas sean más efectivos”.

Posteriormente, el subdirector general del Centro de Estudios Jurídicos y Ambientales A.C, Alejandro Ferro Negrete, señaló que la regulación de bioseguridad de organismos genéticamente modificados en el país, ha sido reactiva, debido a la celebración de tratados internaciones, de convenciones y eventualidades, como la presencia de maíz transgénico en Oaxaca y Puebla.

Se pronunció por la publicación de Normas Oficiales Mexicanas, en lo que se refiere a etiquetados de organismos genéticamente modificados para consumo humano y de siembra, identificación de los mismos para efectos comerciales y su utilización.

Al respecto, la presidenta de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad, Elena Álvarez Buylla, indicó que la única medida de bioseguridad aceptable es prohibir la liberación a campo abierto de los transgénicos propuestos por las grandes corporaciones.

“Prohibir, además, el uso del alimento básico como un biorreactor, y en este sentido el gobierno mexicano no está haciendo nada para evitar la contaminación de estos maíces biorreactores, pugnar porque el maíz mexicano sea un patrimonio de la humanidad, apoyar la investigación independiente para desarrollar una hidrocología y una nueva biotecnología integral de frontera que reivindique la agricultura tradicional campesina sustentable, modernizada y en pro de la biodiversidad”, puntualizó.

Previamente, con motivo de este evento, se instaló la exposición: Proyecto Maestro de Maíces Mexicanos, “Razas y Criollos del estado de Puebla”, la cual tiene por objeto dar a conocer la conservación y usos de las distintas especies de esta semilla en dicha entidad.

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