22-05-2012 La diputada María Joann Novoa Mossberger (PAN) impulsa un exhorto a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación y al Instituto Nacional de las Mujeres, para realizar las acciones necesarias con el fin de erradicar la discriminación de la mujer por motivo de embarazo.

En la Comisión Permanente, la diputada planteó supervisar los métodos de contratación vigentes a nivel nacional, vigilar que exista equidad de género en materia salarial y que prevalezca el acceso de la mujer a todos los niveles jerárquicos, tanto en el ámbito público como en el privado.

La diputada enfatizó en su punto de acuerdo, turnado a la Primera Comisión, que cada vez es más importante la participación laboral de la mujer, pero en condiciones igualitarias respecto de los hombres.

Al respecto, el INEGI informa que de enero a marzo del 2012 hay 17.8 millones de mujeres ocupadas a nivel nacional y 7.7 millones de hogares son sostenidos por una mujer.

La Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo del Distrito Federal reveló que en el primer trimestre del 2012, el 37 por ciento de las orientaciones jurídicas fueron brindadas a mujeres, de las cuales el 10 por ciento fueron sobre discriminación por motivos de género entre los que destacan mayoritariamente casos de embarazo.

A su vez, la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) en 2005, el 11.28 por ciento de las mujeres empleadas en el mercado laboral formal sufrió algún tipo de discriminación por razón de embarazo. Empresas particulares requirieron al 10.7 por ciento de las mujeres empleadas prueba de no embarazo, y a raíz de ésta, despidieron, no renovaron contrato o bajaron el salario a 99 mil 322 mujeres.

Agrega que un millón 100 mil 970 mujeres fueron discriminadas por razón de embarazo. Las que trabajan en talleres, maquilas y fábricas son las que tienen mayor riesgo de discriminación debido en gran medida a que desconocen sus derechos, a su falta de recursos monetarios y su creencia de que las autoridades apoyarán al patrón; no obstante la discriminación se presenta en todos los niveles.

La diputada hizo notar que las formas más comunes de discriminación a las que se enfrentan las mujeres, es el difícil acceso a puestos más altos y a salarios menores al de hombres.

Resaltó que desde el proceso de búsqueda de un trabajo, la mujer es discriminada si está embarazada y una de las causas es que el contratante no quiere proporcionarle de manera inmediata los servicios a que tienen derecho y en el caso de una posible contratación, se les solicita pruebas previas de embarazo o si ya está trabajando y resultan embarazadas son despedidas sin justificación.

Enfatizó que este problema se vincula a la maximización de beneficios en su desempeño para evitar el ausentismo laboral, la atención médica rutinaria, a pagar las prestaciones de maternidad y a otorgar los permisos que marca la legislación referente a lactancia.

En materia laboral, el artículo 123, apartado A, fracción V, garantiza el goce de ciertas prerrogativas para las mujeres que, vinculadas en una relación de trabajo subordinada al servicio de un empleador, estén esperando un hijo, protegiéndolas sólo durante el embarazo, sino en el periodo de lactancia.

Este precepto marca el descanso obligatorio, con goce de salario íntegro, de seis semanas anteriores al parto y seis semanas posteriores, además de dos descansos extraordinarios por día, de media hora cada uno, para alimentar a su hijo.

Aun cuando existen leyes que prohíben este tipo de trato, nuestra sociedad ve la discriminación de la mujer como un tema común y culturalmente tolerado, concluyó.
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