24-04-2013.- La Cámara de Diputados solicitó a las entidades federativas, que en el ámbito de sus competencias, revisen su legislación civil, con el fin de aumentar la edad mínima para que ambos contrayentes puedan celebrar matrimonio.

En el dictamen con punto de acuerdo de la Comisión de Juventud, aprobado en votación económica, se precisa que dos de cada 10 jóvenes entre 12 y 29 años de edad viven con su pareja. De estos, 65.1 por ciento son mujeres.

A nivel estatal, del total de los jóvenes que actualmente vive con su pareja, la mayor proporción se encuentra en Campeche (28.9 por ciento). El embarazo es una de las tres principales razones por las que las parejas jóvenes han decidido casarse, pues el 38.2 por ciento de las mujeres de 15 a 29 años reporta haber estado embarazada.

Se refiere que en las legislaciones de Aguascalientes, Baja California Sur, Chiapas, Colima, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Morelos, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sonora y Zacatecas, la edad mínima para contraer matrimonio en mujeres es de 16 años; mientras que en Baja California, Campeche, Chihuahua, Durango, Estado de México, Michoacán, Nuevo León, Nayarit, Oaxaca, Sinaloa, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Yucatán, es de 14 años.

Conforme a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 434 mil niños y adolescentes se encuentran casados o en unión libre, de los cuales más de 32 mil se encuentran en los 12 y 14 años de edad, mientras que alrededor de 402 mil oscilan en edades de 15 a 17 años de edad.

Además, más de 240 mil menores de 18 años se han enfrentado, por lo menos, a una disolución de su matrimonio como consecuencia de su incapacidad para sobrellevar este tipo de responsabilidades.

Datos del Censo de Población y Vivienda 2010, señalan que los estados en los que se encuentra la tasa más alta de fecundidad en adolescentes en una edad entre 15 a 19 años son: Baja California Sur, Chiapas, Chihuahua, Durango, Nayarit, Sinaloa y Tamaulipas, que permiten el matrimonio prematuro entre jóvenes en edades que oscilan entre 14 años en caso de las mujeres.

Se argumenta que de acuerdo con la Organización de Naciones Unidas (ONU) sólo 113 países, de los 193 estados miembros, prohíben el matrimonio infantil, y que en México, según el Inegi, en 2010 existían un total de 434 mil niños y adolescentes casados o en unión libre.

La diputada Aída Fabiola Valencia Ramírez (Movimiento Ciudadano) expresó que este tema es preocupante porque “vemos en zonas rurales cómo los padres están obligando a las niñas a casarse o las dan en venta. Es un tema que considero debemos reflexionarlo porque también estaríamos atentando contra los usos y costumbres”.

Por el PAN, el diputado José Luis Oliveros Usabiaga indicó que consciente de que las y los jóvenes son un factor esencial para la construcción del proyecto de nación, que va más allá de ideologías, colores, partidos o intereses particulares, se requiere que el Instituto Mexicano de la Juventud, tenga un titular que conozca los problemas a los que actualmente se enfrenta este sector.

En tanto, la diputada Verónica Beatriz Juárez Piña (PRD) mencionó que el matrimonio infantil acarrea trabajos forzados, esclavitud, prostitución, violencia contra las mujeres y pone en peligro su salud física y mental, así como embarazos prematuros.

Refirió que en México la atención de partos es la sexta causa de muerte entre la población de 10 a 14 años, lo que permite identificar un importante problema de salud pública, el embarazo adolescente.

A su vez, la diputada María del Rocío Corona Nakamura (PRI) argumentó que desempleo, marginación, violencia, explotación, pocas opciones educativas, nula orientación en el cuidado de su salud, integridad, desarrollo y el ejercicio pleno de sus derechos, limitada participación política, escasos espacios de expresión y alta vulnerabilidad a condiciones de riesgo, son algunas situaciones que enfrenta la juventud y de las que parece que no hay ninguna salida.

Agregó que evitar el matrimonio en la infancia es útil para proteger los derechos de las niñas y ayudará a reducir los riesgos de violencia, embarazo precoz y truncar la vida académica, profesional y personal de las niñas.

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