• En la tribuna de la Asamblea Nacional de Nicaragua, advierte que ningún progreso se justifica si no favorece a los pueblos

• “No queremos una competitividad que sólo abone a monopolios ni crecimiento económico que enriquezca a dos o tres familias”, afirma

• Destaca que México acompañó a esa nación en su proceso revolucionario; ambas se han hermanado en luchas solidarias

• Se integra México al Foro de Presidentes de Poderes Legislativos de Centroamérica y la Cuenca del Caribe (Foprel)

Managua, Nicaragua. 27-06-2013.- Ante la Asamblea Nacional de Nicaragua, el presidente de la Cámara de Diputados, Francisco Arroyo Vieyra, llamó hoy a legislar “sin complejos y sin mayores condiciones que la de nuestra propia esencia democrática, de tal suerte que el trabajo de nuestros parlamentos les sirva a todos”.

Al pronunciar un discurso en la tribuna de ese órgano legislativo de la nación centroamericana, manifestó también que México y Nicaragua “somos hermanos del mismo dolor por el sufrimiento de nuestros migrantes, que al pasar por México y otros países sufren vejaciones; frente a esta cruel realidad, agregó,
no hay progreso que se justifique si no es para darle mejores condiciones de vida a los pobladores”.

Arroyo Vieyra enfatizó que con la esperanza de darles a nuestros connacionales una mejor calidad de vida, “no queremos una competitividad que sólo abone a los monopolios ni un crecimiento económico que enriquezca a dos o tres familias, así como tampoco podríamos legislar para la competitividad y los tratados de libre comercio, si no pensamos también en la democratización del capital”.

En el marco de la sesión plenaria de la Asamblea Nacional nicaragüense, el líder camaral de nuestro país sostuvo que hoy “nos estamos hermanando porque las fronteras políticas y legales desaparecen ante la adversidad de la necesidad, y porque tenemos, junto con todo Centroamérica, propósitos comunes”.

Ante el presidente de la Asamblea Nacional, René Núñez Téllez, sostuvo que “México y Nicaragua pueden ser optimistas en cuanto a un futuro de libre comercio; en cuanto a un futuro de mejores oportunidades para su población; en cuanto a mejores comunicaciones, y en cuanto a un mejor diseño de las instituciones nacionales”.

En este sentido, Arroyo Vieyra hizo ver que no hay en un futuro lejano y cercano otra salida para las democracias contemporáneas y, por ende, para los sistemas políticos, que no sea la del fortalecimiento de los poderes públicos.

También dejó en claro que no hay más camino que la apertura de las avenidas de la libertad, de la normalidad democrática, del debido proceso, de la preservación y fomento de los derechos humanos. En fin, continuó, no hay más futuro -como decía Domiciano Ulpiano- que “la voluntad constante y perpetua de darle a cada quien lo suyo”.

Expresó que México y Nicaragua tienen una entrañable relación. Centroamérica y México, “pero fundamentalmente ambas naciones hemos sido hermanas en muchas luchas solidarias y han aprendido, unas de otras, que hay valores fundamentales que a todos conviene preservar”.

Nuestro país, destacó, ha visto en Nicaragua a una sociedad pujante, que tiene para sí valores libertarios y democráticos. En México “observamos y acompañamos al proceso de Revolución nicaragüense, y luego vimos como ésta se convirtió en instituciones democráticas y en una normalidad que mucho nos complace”.

Relató que a menos de un mes de recibir la petición de René Núñez Téllez, “el presidente del Congreso mexicano está aquí para integrarse a nombre de su parlamento al Foro de Presidentes de Poderes Legislativos de Centroamérica y la Cuenca del Caribe” (Foprel), mecanismo de integración a cuya XIV reunión extraordinaria Arroyo Vieyra asistió en la capital nicaragüense.

“Estamos aquí para decirle a los hermanos nicaragüenses que el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto y el Poder Legislativo de la Unión en México tienen la firme intención de abrazar a nuestros hermanos en sus afanes, en sus ilusiones, en sus dolores y en tratar de construir una Centroamérica, junto con México, que comparta los beneficios de libre comercio y del desarrollo.

La relación de México y Nicaragua, indicó, va a ser más sólida, va a estar más fortalecida porque “nos hermanamos en propósitos y afanes comunes, pero fundamentalmente en la idea de que no hay progreso que se justifique si no es para darle mejores condiciones de vida a los pobladores que tienen más necesidad”.

Beneficios del libre comercio para la gente

En nueva referencia a la situación social y económica de los pueblos de los dos países, el presidente de la Cámara de Diputados manifestó que “estamos empeñados en que la renta que devenga de los tratados de libre comercio pueda situarse y depositarse en una serie interminable de familias, de tal suerte que la renta y el crecimiento económico les sirva a los países para que su gente viva mejor.

Hizo énfasis en que México y Nicaragua son hermanos de dolor, de los sufrimientos de los hermanos migrantes, que al ir a los Estados Unidos pasan por México y por otros países y sufren de una serie de vejaciones. “Las fronteras políticas y legales desaparecen ante la adversidad de la necesidad”, alertó.

Entonces, continuó, “somos solidarios con los hermanos que no tienen más esperanza que el transterrar para tratar de lograr el sueño de darles a los suyos mejores condiciones de vida, en lo que puede ser también una fantasía cuya realidad puede resultar muy cruel”.

En tal virtud, el diputado Arroyo Vieyra advirtió que los parlamentos “no podríamos -y lo hemos dicho hasta la saciedad- legislar para la competitividad y para los tratados de libre comercio, si no pensamos también en la democratización del capital”.

Tampoco “queremos una competitividad que sólo abone a los monopolios, ya que pretendemos un libre comercio con rostro humano, y pensamos que el fortalecimiento de las instituciones es la única vía”, señaló.

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