El grupo parlamentario del PVEM en la Cámara de Diputados pidió a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), realice una inspección adecuada así como vigilancia de los mamíferos marinos, pues en lo que va del año se han encontrado cinco ballenas varadas, un delfín y dos tortugas muertas en costas del Estado de Sinaloa.

La presidenta de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales de este órgano a legislativo, Jacqueline Argüelles Guzmán, dijo que estos hechos pueden estar relacionados con las técnicas que utilizan los pescadores para la captura del tiburón en esa región del pacífico mexicano y que consiste en colocar grandes redes de hasta dos kilómetros de largo con anzuelos que atrapan a todo tipo de especies marinas.

En esa lógica, la diputada hizo un llamado a la Secretaria de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) y a la Comisión Nacional de Pesca y Acuacultura para que al otorgar los permisos, autorizaciones y concesiones se apeguen de acuerdo con la legislación ambiental.

“Es obligación de las autoridades ambientales, la protección realmente afectiva de las ballenas y otros mamíferos marinos en nuestro país, además de que deben contar con personal capacitado, a fin de que no se presenten más casos de cetáceos muertos en mares mexicanos”, dijo.

Argüelles Guzmán afirmó que aunque existen diversas actividades humanas que ponen en peligro la productividad y diversidad de los ecosistemas marinos, la pesca descontrolada constituye la más importante.

Señaló que el artículo 60 Bis de la Ley General de Vida Silvestre, prevé que ningún ejemplar de mamífero marino podría ser sujeto a aprovechamiento extractivo, con excepción de la captura que tenga como finalidad la investigación científica por parte de alguna institución educativa.

Aseguró que de las 13 especies de ballenas grandes que se conocen, 8 arriban a costas mexicanas con fines de reproducción y crianza.

La diputada federal se pronunció por conservar y proteger las especies marinas, no sólo por el valor ambiental que tiene, sino por el desarrollo de actividades económicas que representan para algunas comunidades que se dedican al “turismo de conservación de ballenas”.

MB