Palacio Legislativo 20-XI-2010.- En el Centenario de la Revolución, el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Jorge Carlos Ramírez Marín, rechazó tajantemente cualquier denominación de insurgencia al fenómeno de la delincuencia organizada. “Los mexicanos no podemos confundirnos, es simple y llanamente delincuencia organizada y es deber inaplazable del Estado combatirla a fondo”, señaló.

Al participar en la ceremonia para conmemorar el Centenario del inicio de la Revolución Mexicana, en el Palacio de Bellas Artes, encabezada por el Presidente Felipe Calderón, Ramírez Marín dijo que existe una Nueva Revolución que los mexicanos han hecho inminente y tiene que ver con desafíos y contrastes como es el avance tecnológico inédito y las regiones de México inexploradas por las vacunas y las medicinas más esenciales.

Pidió conmemorar estos cien años de Revolución con el objetivo de retomar y, sobre todo, actualizar los retos pendientes desde aquella época. “No depende de nosotros si habrá una revolución o no, depende de nosotros si será pacífica, depende de nosotros si se hace en las instituciones o sobre sus ruinas, con nosotros, sin nosotros o contra nosotros, la Cuarta Revolución social ha comenzado”, refirió.

Rememoró a Francisco I. Madero impulsor del Plan de San Luis, el anhelo de libertad y democracia que desde entonces se constituyen como los valores que han dado continuidad a la historia de nuestro país.

Una cosa no puede negarse, dijo Ramírez Marín, el 20 de noviembre de 1910 nuestro país ingresó al Siglo XX y se dijo convencido de que la democracia representativa es la mejor forma de gobierno para México, tal y como lo planteó Madero.

Señaló que esa Nueva Revolución tiene que ver con el aumento anual del gasto social y el del índice de pobreza, tiene que ver con millones de jóvenes reclamando espacio en las escuelas o en el mercado laboral.

“La Nueva Revolución que ocurre ante nuestros ojos proviene de una serie de reclamos y también de una toma de conciencias. Reclamo por una economía que nos brinde resultados concretos y reflejados en la vida de todos; conciencia de mantener el equilibrio ecológico y proteger nuestros recursos para siempre, reclamo por más y mejores resultados del trabajo político, conciencia de que el combate a la delincuencia es la única vía del Estado para seguir siendo dueños del destino de este país”.

Recordó que en 1910 poner freno político a la dictadura era tarea de elites, se abriría entonces el cauce para la expresión de las raíces sociales y culturales más profundas de la nación mexicana y el pueblo no lo dudo tomó su oportunidad.

Ante representantes de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, el diputado presidente recordó que los agravios afloraron y se tradujeron en demandas, reparto agrario, derechos laborales, cambios en los patrones de desarrollo, incorporación activa de la mujer a la vida pública, sucesión adecuada, representación nacional, un federalismo que pusiese alto al centralismo y a la arbitrariedad, para el pueblo ese era el orden, justicia social con democracia.

“Miremos sin distracción a nuestro alrededor, la Cuarta Revolución social en México es inminente, como hace cien años, de nosotros depende que encabecemos los cambios que redefinan la realidad del Siglo XXI o que los observemos pasar una vez que nos haya superado”, indicó.

ALR-IPC