Carmen Aristegui, conductora: La Auditoría Superior de la Federación ubica áreas del Gobierno Federal, dónde hay irregularidades. Edith Gómez nos reporta.

Edith Gómez, reportera: Se trata de 12 zonas de opacidad, así lo llama la Auditoría y alto riesgo de manejo turbio dentro del Gobierno Federal y en donde los recursos públicos se utilizan de manera discrecional.

Se trata de un documento de 4 cuartillas, entre esos puntos se ubican los siguientes:

Remuneraciones a servidores públicos, de lo que se mencionaba hace un momento Carmen, es tal la opacidad en esta área, alerta la Auditoría, que su manejo confunde al haber un exceso discrecional por la falta de criterios universales que sean observados de manera general en toda la administración pública.

Cada dependencia establece su propia forma de compensaciones, entrega de vales de despensa, gasolina, bonos navideños, excesiones fiscales, ayudas de todo tipo y prestaciones complementarias de carácter especial. Un ejemplo de ello, ahí está, el famoso bono sexenal que no aparece en la Ley, que no está presupuestado y sin embargo, pues ahí esta y se entrega.

El otro punto son en los proyectos de infraestructura productivas de largo plazo, los famosos piridiegas, estos instrumentos se han utilizado para eludir los controles de la deuda pública federal y para iniciar proyectos de inversión sin cumplir con la normatividad que los rige. Alcanzando ya, un valor aproximado de 1.3 billones de pesos al 31 de diciembre del 2004. Están los fideicomisos, fondos, mandatos y contratos análogos, Carmen, aquí se manejan millonarios recursos públicos, al 31 de diciembre de 2004 existían 1387 figuras de este tipo que reportaban activos por 675 mil billones de pesos, equivalente al 8.8 por ciento del PIB, poca transparencia, falta de rendición cuentas y casi nula fiscalización concluye la auditoría.

El otro aspecto, recursos federales transferidos a estados y municipios, estos representan el 25 por ciento del total del gasto federal programable, el órgano fiscalizador ubica esta área de las más oscuras en su manejo por lo que califica de urgente establecer mecanismos de registro, control y supervisión para evitar su desvío que ya ocurre, propone modificar para ello el Artículo 115 constitucional

El otro Punto, “adquisición de bienes que se reportan como gasto corriente”, aquí es interesante ver cómo inmuebles que al ser adquiridos a través del gasto corriente a nadie informan de sus existencia y casas edificios y más, bueno, alguien se los apropia, porque nunca entraron a un registro en el actual sistema contable gubernamental y sobre todo en el ámbito municipal.

Señala la Auditoría Superior de la Federación, “los bienesque se adquieren se registran inadecuadamente como partidas de gasto”, provocando que dichos activos no se reflejen en el patrimonio público.

“Practicas corruptas”, acusa este órgano, implican un elevado riesgo de la desaparición de los activos. Manejo, más que discrecional, en la entrega de donativos de recursos públicos que se otorgan a instituciones de asistencia privada.

Aquí, dice la Auditoría, está igual de obscuro ¡Urge! Urge ya establecer una ventanilla única, responsable de normar, registrar y dar seguimiento al destino de esos recursos.

Por último Carmen, auditorio, no se diga en lo que tiene que ver con la mejora regulatoría. Los tramites gubernamentales se incrementaron de mil 126, que se llevaban a cabo en el 2000, a 3 mil 34, en el año 2005. Esto se produjo en mayor corrupción al triplicar la tramitología burocrática que busca en esencia acabar con la corrupción, pero fue todo lo contrario.

La última frase, que dice este documento de la Auditoria es, “El país es de todos y no de unos cuantos.

Conductora: “Doce zonas de opacidad”, dice la Auditoría Superior de la Federación, como nos narra y nos explica Edith Gómez (Hoy por hoy, 09:09, 4’ 5”, nbsg y gh)