Joaquín López-Dóriga, colaborador: La verdad es que López Obrador no perdió todo en el Consejo Nacional del PRD del fin de semana, cuando se enfrentaron el PRD vía la Nueva Izquierda y Andrés Manuel López Obrador, vía el bejaranismo, que al final se impuso, porque formalizó López Obrador su relación disimulada ya formal con ese bejaranismo a través de la incrustación de Dolores Padierna en el Comité Ejecutivo Nacional, como que sería un peón incomodo Fernández Noroña como vocero, ahora lo será Cota.

Lavó la cara de la operación López Obrador-Payán reportando su posición a frenar a la Nueva Izquierda que pareció conformarse con la realización adelantada del congreso político del PRD en agosto, en lugar de febrero del año que viene, que habían puesto los lopezobradoristas como fecha y en esto que parece un empate quedaron, lo que sucede es que en política no hay empate, una victoria de López Obrador cuya derrota es un asunto muy personal, insiste en seguirla construyendo, como la construyó durante la campaña presidencial al hacer de una ventaja inalcanzable una derrota electoral, derrota de la que ahora, desde su "maximato" quiere convidar y hacer corresponsable al PRD como lo hizo desde el tres de julio, sobre todo cuando se comienzan a documentar versiones que echan por tierra una de las facetas que mostró como fortaleza, el yo no miento y ahora se sabe que sí (Cúpula Empresarial, 6:27, 1’ 48”, mahm