Joaquín López Dóriga: La verdad es que López Obrador no perdió todo en el Consejo Nacional del PRD del fin de semana, cuando se enfrentaron el PRD vía la Nueva Izquierda, y AMLO, vía el bejaranismo, que al final se impuso, porque formalizó López Obrador su relación disimulada, ya formal, con ese bejaranismo a través de la incrustación de Dolores Padierna en el Comité Ejecutivo Nacional.

Como que cedió un peón incómodo, Fernández Noroña como vocero, que ahora lo será Cota, lavó la cara de la operación AMLO-Payán, reforzando su posición frenando a la Nueva Izquierda, que pareció conformarse con la realización adelantada del Congreso Político del PRD en agosto, en lugar de febrero, que habían puesto los lópezobradoristas como sebo. Y en eso que parece un empate quedaron.

Lo que sucede que en política no hay tablas, no hay empates, fue una victoria de López Obrador, cuya derrota es un asunto muy personal, que insiste en seguirla construyendo, como la construyó durante la campaña presidencial, al hacer deuna ventaja inalcanzable una derrota electoral, derrota de la que ahora, desde su maximato, quiere hacer corresponsable al PRD, como lo hizo desde el 3 de julio, sobre todo cuando se comienzan a mostrar versiones una de las facetas que mostró como fortaleza: el yo no miento y ahora se sabe que sí (Cúpula Empresarial, 6:56, 1’ 43”, mahm).