Benito Nacif, colaborador: Cuando llegó la propuesta de reforma fiscal del presidente Felipe Calderón a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, parecía como un paquete legislativo muy negociado ya en la fase prelegislativa. Antes de que llegue al Congreso y que lo que iba a ocurrir después estaba ya más o menos arreglado, un periodo extraordinario de sesiones, un espacio claramente predeterminado para que el PRI, que es el socio importante del PAN en esta reforma, incorporara sus propias ideas.

Pero conforme pasa el tiempo, la idea de un periodo extraordinario empieza a verse cada vez más complicada. Antes nada más era cuestión de cuándo se iba hacer, ahora ya empieza a dudarse de que si vamos a tener un periodo extraordinario, y en política las cosas cambian de la noche a la mañana, es muy inestable el ambiente.

Al parecer el PRI ha decidido ser más cauteloso en la cuestión de la reforma fiscal, ha decidido sentarse un rato en ella, esperar las reacciones de la opinión pública, tratar de jalar al PRD en las negociaciones.

Al PRD lo podemos dar casi por descartado y, de hecho, en el mitin del Zócalo del domingo pasado, Andrés Manuel López Obrador les da la instrucción de que no participe.

Eduardo Ruiz-Healy, conductor: Ya se echó para atrás, de acuerdo a lo que dice Milenio esta mañana, dice que respeta la decisión de los diputados.

Benito Nacif: El PRI está modificando su posición debido a la forma en que está cambiando el ambiente político en el Congreso y el ambiente político nacional.

La gran pregunta es, ¿quién se va a poner las medallas? El PRI busca sacar algunas medallas, digamos autopremiarse, pueda tener el mérito ante la opinión pública.

Eduardo Ruiz-Healy: Esta propuesta la deberían retirar y mandar algo que sea digno de llamarse reforma fiscal, la verdad, porque lo que mandó a mí no me convence (Eduardo Ruiz Healy, 7:33, 4’33”, 05-07-2007)