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Pedro Ferriz de Con
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07:34:00 | 2011.03.28
Lectura de columna "El búho no ha muerto"
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Pedro Ferriz de Con, conductor: A ver si vamos en la línea ciudadana que cualquiera de nosotros con una voz multiplicada puede tratar de hacer democracia en México con sus propuestas, la ciudadanía tiene propuestas que desde aquí nosotros insistimos, deben ser escuchadas por los factores políticos de México. Y por lo mismo hice esta columna “El búho no ha muerto”, en la mañana, que quiero compartir con usted y dice:

Una persona no puede directamente escoger sus circunstancias, pero sí puede escoger sus pensamientos e indirectamente -y con seguridad- darle forma a sus circunstancias. Veo que estamos medio motivados para mover al país. Aquí y allá surgen voces que me gritan, todavía ayer a al carrera: “¡No a los pluris!”. “¡Estoy contigo, Pedrito!”, me dicen ¿no? que si bien me hablan de un grado de conciencia ciudadana, falta el detonador que de la intención pase a la acción, sobre lo que debemos de reclamar como nuestro. Un curso de pensamiento que lleve a la acción sobre circunstancias no escogidas y pensamientos que procesen principios democráticos que sin duda nos harán avanzar en ese camino de la voluntad popular.

Hay dos enormes estratos de la población que frenan la iniciativa ciudadana. Por un lado está esa “mayoría silenciosa” que no entiende, que se interesa, pero que no acciona nada que promueva su punto de vista. No tiene educación ni alcances para reclamar lo que estrictamente es suyo pero no se da cuenta. Es gente neutra que ya se hizo o viene de la costumbre de que es un cero a la izquierda, que no cuenta y nunca será tomada en serio por ningún sector dirigente.

Después hay otro sector de la sociedad que tiene la inteligencia para armar el andamiaje de una Revolución del Intelecto, porque está educada, conoce otros sistemas democráticos, sabe del peso que tiene la ciudadanía consciente, pero no hace nada porque cree que no está acompañada de las grandes mayorías que serían de hecho un factor contundente de peso, en función al número y entonces, tampoco hacen nada para que las cosas se den de acuerdo a nuestros designios.

Por un lado o por otro, desde la inconsciencia hasta la conciencia plena, la sociedad acaba estática ante el reto de cambiar el estado de cosas que prevalecen en el país. Estamos en un punto de nuestra historia en la que no podemos ni debemos maldecir a los descontentos. Los que aman la estabilidad del hongo, no logran la fuerza de la transformación.

El descontento es el nervio más poderoso del progreso. Estamos obligados a traducir la frustración por no movernos, en inercia que sacuda la irresponsable pasividad de nuestra generación.

La técnica del movimiento de masas aspira a infectar a las personas con una enfermedad y a continuación, ofrecer al movimiento como cura. En nuestro caso, la infección no ha llegado a cundir y por lo mismo, la cura del movimiento no se hace necesaria.

Seguimos pensando que las soluciones a nuestros problemas, nos serán dadas por instancias superiores que vendrán a resolver toda penuria. Una forma que espera ser milagrosa. Mecánica que se asume automática de nuestra imberbe democracia.

Y nada es así, requerimos pensar que nos hacemos falta, debemos hacernos militantes de nuestras ideas y para esto, primero estructuremos pensamientos sobre apremiantes necesidades, que den sustancia a la inquietud. Salir de esta zona complaciente que ni satisface ni desespera, es imperante. Solamente aguarda, tal vez, a una señal de la que estemos pendientes de identificar.

Por la costumbre se forma casi otra naturaleza. Ya estamos acostumbrados a ser como somos y eso nos ha marcado una cierta idiosincrasia. Las frases de consuelo: “México es así. Así ha sido siempre. No cambiaremos. Está en nuestra naturaleza. Inmovilismo y resignación que paraliza la más nimia iniciativa”.

Nos encontramos en la entrada de un callejón sin salida. Luego de cuatro millones de voluntades que han dicho no a los plurinominales o sea, legisladores que han llegado a serlo sin el voto del pueblo, se cancela la idea que anime a discutir una Reforma Política que dé nuevo ímpetu a nuestro organismo de acuerdos.

No han querido hacernos caso. No sólo eso. Hemos sido ignorados. Para lo que habremos de concluir que nos queda una sola alternativa: O nos movemos, o dejamos todo al olvido y a la indolencia.

Pediré a nombre de los que han votado esta iniciativa ciudadana, un espacio para hablar ante el Congreso mexicano. La desmemoria no será la marca de toda una generación que despierta a la conciencia de un nuevo México.

Hasta aquí llegamos, somos cuatro millones de personas que hemos sido ignoradas por el Congreso mexicano, que no ha convocado a una Reforma Política.

Hasta aquí llegamos, vamos a hablar con esa voz cuatro millones de personas detrás de nosotros ante el Congreso para decir no a los plurinominales.

No nos pueden desoír, no sé si legalmente tengo derecho a ir al Congreso ha hablar a nombre de la ciudadanía, es más intuyo que tengo que ir porque siento el peso de lo que usted me ha confiado y lo voy a hacer ya sea en el pleno del Congreso, ya sea en la azotea, ya sea en la explanada, ya sea en la calle, ya sea en el metro, ya sea en donde sea, lo voy a hacer ante los legisladores.

Si me dan la bienvenida, bienvenida sea. No es a mí, es a 4 millones de personas que están conmigo, si no me dan la bienvenida estarán rechazando a cuatro millones de mexicanos que consiente y civilizadamente han dicho un mandato: “No a los plurinominales”, después de haberlo entendido y si esa acción de conciencia ciudadana es ignorada por el Congreso hago responsable al Congreso de este aturdimiento, no vamos a dejar esto a la desmemoria, iré a buscarlos y desde aquí le quiero hacer un llamado al presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Jorge Carlos Ramírez Marín, y decirle que desde aquí estoy pidiéndole respetuosamente una cita para ser escuchado por los legisladores, tengo la voz de cuatro millones de personas que quieren hacerse presentes ante ustedes, lo hago con respeto, con el mismo respeto con el que espero también ser tratado en función de lo que aquí se representa. Duración 8’17’’, nbsg/m.

 
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