El PRD dio el beneficio de la duda a la Cruzada Nacional Contra el Hambre anunciada por el gobierno federal, al considerar que la aplicación de una política alimentaria integral incluya la autosuficiencia alimentaria, soberanía, seguridad nacional y un nuevo pacto social que fomente la producción y excluya el uso partidista de los recursos.

El legislador del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Carlos Reyes Gamiz, indicó que esta propuesta no se basa en un acuerdo con todos los sectores, incluidos los mismos legisladores.

El perredista anunció que los diputados del Sol Azteca estarán vigilantes de que los recursos que se apliquen a dicho programa se manejen con total transparencia.

Estaremos atentos a que los recursos destinados a esta acción gubernamental no sean desviados para otros propósitos como fines electorales o enriquecimiento de servidores públicos que la operen, insistió el vocero de esta organización partidista en el Palacio Legislativo de San Lázaro.

En tanto, la presidenta de la Comisión Especial de Asuntos Alimentarios de la Cámara de Diputados, Gloria Bautista Cuevas, calificó de "esperanzadora" a la Cruzada a condición de que no quede en palabrería, protagonismo o asistencialismo carente de soluciones reales.

Para garantizar la alimentación, dijo, hay que aplicar medidas que saquen a millones de mexicanos de la pobreza a la que se les ha condenado durante generaciones.

Luego de participar en el Encuentro Social por la Alimentación consideró terrible que durante los dos últimos sexenios hayan muerto más mexicanos de hambre y desnutrición que por cualquier otra causa, incluida la inseguridad y la guerra contra el narcotráfico. "Realmente es vergonzoso lo que nos pasa", aseguró.

Bautista Cuevas reiteró que sólo un gran acuerdo nacional, en el cual además de los Poderes Legislativo y Ejecutivo estén otros actores, como el académico, el campesinado e incluso, el empresarial, garantizará el éxito de hacer realidad el derecho a la alimentación consagrado en la Constitución.

La buena alimentación y nutrición de los mexicanos, agregó, debe ser una prioridad para el Estado mexicano porque a ella viene aparejada, en buena medida, la realización de otros derechos humanos y constitucionales, como la salud y el trabajo.

En este último sentido, el apoyo a los pequeños productores también debe ser una prioridad porque producir lo que consumimos es la mejor fórmula para saciar el hambre, explicó.

A su vez, Sebastián de la Rosa Peláez, secretario de la Comisión de Desarrollo Rural, apuntó que cada año miles de mexicanos, mayoritariamente niños, mueren literalmente de hambre, en tanto millones más enferman por desnutrición.

En su oportunidad, José Antonio León Mendívil lamentó que de varias décadas a la fecha sea el gobierno el que provoca esta situación que profundiza las desigualdades regionales y sectoriales y aumentan la dependencia económica, política y alimentaria del extranjero.

Ello a su vez, desencadena un abandono de actividades productivas entre ellas las agropecuarias, desempleo, migración forzada, degradación ambiental y distorsión de los sistemas de abasto, cuyas consecuencias luego se quieren subsanar con políticas asistencialistas y clientelares.

Por ello exhortó al Ejecutivo Federal a diseñar y ejecutar políticas públicas que fomenten la producción nacional, principalmente de alimentos básicos y estratégicos de pequeños y medianos productores, y cuyo objetivo sea la soberanía y equidad alimentaria y nutricional.

Mendívil planteó el imperativo de crear una reserva estratégica de alimentos y del Instituto Mexicano de la Alimentación que para empezar, no debe incluir productos transgénicos, pues implican una mayor descapitalización de los pequeños y medianos productores.