Al calificar “de locos”, el proceso de selección de los consejeros del IFE, la consejera María Marván Laborde, llamó a los partidos políticos a que ante la posibilidad de que la Cámara de Diputados, en su próximo periodo ordinario de sesiones, nombre al sustituto de Sergio García Ramírez, se cuide el proceso de designación, para no llevar a un desgaste al consejero entrante, al IFE, a los partidos políticos y a los propios legisladores, además de no utilizar como moneda de cambio este nombramiento.

María Marván Laborde, manifestó su esperanza en que en estos días, las fracciones parlamentarias en San Lázaro, revisen “una forma democrática” de selección del consejero faltante.

“Creo que lo que tendrían que estar revisando es una forma de selección democrática, que lleve un gran acuerdo político, entre las fuerzas políticas. Finalmente quienes llegamos aquí tenemos que llegar con el acuerdo de las fuerzas políticas, no es fácil ser árbitro. Ahora tenemos además del trabajo de árbitro una parte cuasi jurisdiccional en todo lo que tiene que ver con los PESES (Procesos Especiales Sancionadores) no es fácil ser árbitro, no es fácil organizar las elecciones cuantimenos si uno llega cuestionado. Yo desde luego me encantaría ver un consejo equilibrado en términos de participación de hombres y mujeres, pero me gustaría ver un consejo respaldado por todas las fuerzas políticas”.

Señalo que los diputados federales, “no pueden tardarse” en la designación del consejero, pues, para el 31 de octubre, culminarán su desempeño cuatro consejeros más.

“Me parece de locos el proceso, me parece de locos el proceso, yo espero que el que venga, si es que la semana que entra tenemos uno, los que vengan, realmente vengan con el concurso de todas las fuerzas políticas y, me parece indispensable que la Cámara de Diputados y los partidos políticos se den cuenta que el 30 de octubre nos quedamos cuatro consejeros, no pueden tardarse, no pueden tardarse”.

No obstante reconoció que es más fácil designar a cuatro consejeros que sólo uno.

En el caso de la vacante que dejó desde el pasado mes de febrero, Sergio García Ramírez, la consejera, María Marván Laborde, también confió en que la nueva designación sea producto de un acuerdo político y no como parte de una negociación de “moneda de cambio”, es decir, nombrar al consejero que quiera determinada fuerza política a cambio de alguna de las reformas presentadas en el Congreso de la Unión.

“A eso me refiero, estos nombramientos no pueden ser monedas de cambio, deben ser acuerdos políticos y equilibrios políticos y todas las fuerzas políticas deben tener un mínimo de confianza en la gente que viene, que proponen y un mínimo de confianza en el equilibrio que acaba dándose en la conformación del propio cuerpo”.

Por ello, insistió en su exhorto de cuidar el proceso de selección del consejero.

“Sin lugar a dudas el equilibrio lo debemos dar en todo y, desde luego que a mí me gustaría ver con Consejo más equilibrado. Si me pregunta lo que más me preocupa en el proceso de nombramiento es que la Cámara de diputados, ya que sobre de ellos recae la responsabilidad mayor cuide realmente a quienes van a venir. El proceso de desgaste de quienes se inscriben a poder ocupar las plazas de consejeros ha sido muy grande, innecesario y dañino para quienes se inscriben, para quienes llegan, para el IFE y para los partidos y para la Cámara de Diputados”. ys/m.