Como no ocurría desde hace años, la noche de este lunes 19 de agosto, la Cámara de Diputados vivió una jornada violenta, con el ingreso a la fuerza de maestros inconformes con la dictaminación de las leyes secundarias de la reforma educativa.

Pasadas las 21:00 horas, entre 100 y 150 miembros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), en particular de la Sección 22 de Oaxaca, decidieron ingresar violentamente al recinto parlamentario, para exigir la atención que a final de cuentas, los diputados no les brindaron.

Con palos, piedras, tubos, y lo que pudiera servir como proyectil en sus manos, los mentores arremetieron contra los elementos de la Policía Federal de guardia que resguardaban el lugar.

Para dar fin a las hostilidades, las partes hasta tuvieron que negociar un “intercambio de rehenes”: el personal de San Lázaro y la Policía Federal, entregarían a un maestro golpeado y el camión del sonido de la CNTE, con tal de recibir a los 6 federales golpeados y fracturados que los profesores retuvieron en medio de la trifulca.

El objetivo de los profesores de la Sección 22 del CNTE en Oaxaca, era llegar hasta el salón donde sesionaba la Comisión de Educación, para impedir la aprobación de las leyes secundarias en materia educativa, relató el secretario general de dicha organización, Rubén Núñez-

El saldo material del choque frontal entre maestros y policías federales, fue: vidrios, macetas, cristales, bardas de piedra, rejas y escudos policiales rotos, al menos 10 vehículos vandalizados y hasta un auto a medio quemar.

La peor parte la llevaron los cerca de 30 federales de guardia en la Cámara, de los cuales, al menos 20 resultaron con fracturas expuestas y fueron trasladados en ambulancia a distintos nosocomios.

Ellos fueron los primeros en tratar de repeler a los maestros, que los superaron en número y fuerza.

En los momentos de tensa calma, entre si comentaban que al desbordarse la protesta de los maestros que exigían hablar con los diputados, pidieron auxilio del personal de Seguridad y Resguardo de la Cámara, para entrar de nuevo al lugar y no ser avasallados por los inconformes.

La solicitud fue negada y es que en cuanto los primeros maestros ingresaron sin autorización y a fuerzas al complejo parlamentario, Seguridad y Resguardo ordenó cerrar puertas y accesos principales de todos los edificios, con candados y cadenas.

Al tono de los cánticos: “que sube que baja, Oaxaca no se raja”, “si no hay solución habrá revolución” y “se ve, se siente, la fuerza de la CNTE”, los maestros lograron hacer ingresar a una comisión de 14 miembros, que buscarían encontrarse con el presidente de la Comisión de Educación, el perredista Jorge Federico de la Vega.

En el estacionamiento del complejo parlamentario, el líder de la Sección 22, Rubén Núñez, advirtió que posteriormente se hará el balance de los daños causados por los integrantes de la CNTE, mismos que justificó al asegurar que el enojo de sus compañeros fue la respuesta nula del Gobierno Federal y los legisladores, a sus exigencias.

Tras calificar el proceder de sus compañeros como una mera presión, Núñez admitió que aunque los maestros se “aceleraron”, llegaron a la Cámara de manera pacífica a solicitar un encuentro con los legisladores, tras enterarse de que aprobarían este mismo lunes las leyes secundarias educativas.

La culpa de la furia magisterial, dijo, la tiene el Gobierno, por hacer caso omiso a las peticiones de atención.

Una vez dentro de la Cámara, los maestros no pudieron llegar al lugar donde sesionaba la Comisión de Educación.

Confundidos por no conocer el recinto y por las indicaciones encontradas del personal de resguardo, los miembros de la Sección 22 enfurecieron y comenzaron a buscar palos para romper lo rompible a su paso. Quienes portaban los objetos para vandalizar el lugar, cubrían sus rostros y mostraban su molestia al ser grabados por las cámaras de los medios de comunicación.

A los pocos representantes de la prensa que se acercaron a ellos, en pleno patio de San Lázaro, para escuchar su postura luego de que ningún diputado saliera a su encuentro, los mentores prometieron que no habría agresión a los medios.

El ofrecimiento de inmediato se desvaneció cuando a la luz de las cámaras de Televisa y TV Azteca, los maestros comenzaron a empujar y rodear a la reportera Maxi Pelaez.

Con los ánimos caldeados y tras llamar “traidores” a los diputados, micrófono en mano los integrantes de la CNTE advirtieron que entrarían por la fuerza a la Cámara. Y así lo hicieron.

Después de las 10 de la noche, lograron superar a los pocos federales que resguardaban el lugar y no pudieron hacer más que esperar la llegada de refuerzos que se tardaron demasiado en acudir a respaldarlos.

Ya en los jardines, escalinatas y accesos principales a la Cámara, comenzó el ataque a los autos estacionados en el lugar. Los vehículos de los diputados no sufrieron daño, porque sus sitios de estacionamiento estaban resguardados.

A palazos, cadenazos y pedradadas, más de 10 autos sufrieron daño. Los inconformes también intentaron incendiar una unidad, al querer prender sus interiores y hasta el motor. El fuego no se extendió.

Como respuesta, los refuerzos de la Federal comenzaron a replegar a los profesores que ya tiraban los proyectiles a su alcance para atinar a camarógrafos y reporteros que cerca y lejos, observaban y grababan las escenas.

El equipo de Protección Civil y bomberos del recinto, extendieron sus mangueras para hacer retroceder a la contraparte, hasta hacerla salir de la Cámara.

La estrategia funcionó y a golpe de escudos y empellones, los maestros fueron acorralados contra las rejas de las puertas aledañas a la calle de Emiliano Zapata, donde poco a poco, se vieron obligados a salir del sitio.

Mientras tanto, los diputados de la Comisión de Educación, a sabiendas de que la seguridad del lugar había sido rebasada, decidieron aprobar rápidamente y sin mayor discusión las tres reformas secundarias en la materia. Al finalizar el procedimiento, la mayoría que votó a favor, conformada por el PRI, PAN, Verde y Nueva Alianza, dijeron estar seguros de haber hecho lo correcto.

Afuera, donde la batalla campal y el repliegue de maestros seguía. Una vez con el control del recinto en sus manos, la Policía Federal se dio a la tarea de terminar la bronca con un intercambio de “rehenes”.
Entre 10 y 15 minutos antes de la media noche, inició el procedimiento, previa negociación entre los líderes de la Sección 22 y la Federal.

Las tareas a cargo del Comisario de la Policía Federal, Darío Chacón, duraron poco más de 20 minutos, en los que la amenaza de un nuevo choque fue latente, pero los maestros cumplieron el acuerdo de que entregado su compañero y la camioneta de sonido, ellos devolverían a los seis heridos en su poder.

El mentor fue detenido con todo y la camioneta de sonido de la CNTE, luego de intentar atropellar a quienes querían resguardar la puerta de entrada al recinto.

La llovizna que pronto arreció, apuró el cambio del maestro y la camioneta, por los policías heridos.

En medio de un tapiz de piedras lanzadas por los inconformes, los federales continuaban al pie de la entrada a la Cámara, con algunos de los escudos maltrechos y rotos, listos para volver a actuar en caso de otro encontronazo.

Al grito de “Sección 22, la única no hay dos”, los mentores recibieron su vehículo y a su integrante. Permitieron el ingreso a San Lázaro de los federales heridos, que debieron avanzar en brazos de sus compañeros, al no poder mantenerse en pie.

Ya de vuelta sobre los restos de la batalla campal, y con dos autos blancos destrozados, tras la reja de acceso a uno de los estacionamientos del lugar, los policías atendían a sus compañeros, a un lado del par de charcos de sangre que dejó el maestro que también recibió senda golpiza al ser retenido.

En ausencia de diputados, el funcionario que se encargó de recibir el reporte de los hechos, fue el Secretario General de la Cámara, Mauricio Farah.

Para la una de la madrugada de este martes 20 de agosto, los elementos de seguridad realizaron un rondín por la Cámara, para descartar la presencia de maestros en el sitio. A esa hora, las puertas de todos los accesos a los distintos edificios ya habían sido abiertas y los pocos empleados, reporteros y demás trabajadores que esperaban el fin de la refriega, pudieron salir para volver a sus hogares.

Aunque los maestros habrían advertido que se quedarían en plantón frente a la Cámara, la lluvia de la media noche los hizo volver al Zócalo.

Tenían prevista una reunión con los coordinadores parlamentarios de San Lázaro, misma que seguramente, ya no se realizará. ys/m.